Un hombre desnudo yace en el suelo mientras se escucha un fragmento de La pasión según San Mateo, BWV 244, de Johann Sebastian Bach, la obra que inspiró a Tamir Ginz, director artístico y coreógrafo de Kamea Dance Company.
La compañía israelí se presentó en el Teatro Juárez con Matthäus-Passion-2727 en el marco del Festival Internacional Cervantino, y tendrá otras dos presentaciones en el país, con esta pieza el 20 de octubre en otro prestigioso recinto mexicano, el Teatro Degollado, en Guadalajara. El día 24 arribarán a Monterrey, al Festival Santa Lucía, con un espectáculo distinto, Rage.
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El hombre desnudo que vemos yacer es Jesús, representado por el bailarín holandés David van der Veen. A lo largo de nueve episodios que narran justamente la pasión, Ginz busca tender puentes entre religiones y países cuestionando qué tan preparados estamos para la llegada de un mesías, seas de la religión que seas, pues su premisa indica que “todos somos Jesús y Jesús es uno de nosotros”.
El dramatismo de toda la pieza está acorde a la música de Bach (1685-1750), quien a su vez se basó en la traducción del evangelio de Mateo realizada por Lutero (1483-1546). Esta obra de Bach es considerada una pieza clave en la música sacra, de ahí la importancia de su inclusión en la coreografía creada por Ginz.
Los 14 bailarines en escena (de distintas nacionalidades, incluido el chileno Gonzalo López) se despliegan en diferentes composiciones coreográficas a lo largo de la obra, cuyas luces y sombras complementan su lenguaje corporal.
Momento cumbre
El coreógrafo judeo-israelí es reconocido por la intensidad y dramatismo de sus obras. Formado en Israel, Ginz fue parte del Ballet de Haifa y de la Compañía de Danza. Ha sido el coreógrafo residente de Bat-Dor Dance Company, en Tel-Aviv, y profesor de danza contemporánea en los estudios de danza Bat-Dor (1991-2001).
Desde su primera obra para Bat-Dor obtuvo reconocimiento, con el premio Albert Gaubier de coreografía en 1997, en Dinamarca. En 2002 dejó esta compañía para crear Kamea Dance Company con Daniella Schapira. En 2014 ganó el premio a la creatividad sionista sobresaliente en las artes del Ministerio de Cultura de Israel.
La formación dancística de Ginz reveló anoche uno de sus momentos cumbre en el imponente y lleno Teatro Juárez de Guanajuato, con una coreografía que no por dramática deja de mostrar la belleza y la sutileza de la danza como vehículo de reflexión más allá de creencias religiosas y políticas.
PCL