Chanate nunca imaginó que el beso que pintó en una pared de Monterrey generaría tantas fobias y filias, además de darle un gran impacto viral a su trabajo; el pasado 18 de julio, informó en su cuenta de Facebook que su mural donde aparecen dos hombres en un “simple momento de amor” había sido vandalizado con una mancha amarilla, por lo que tuvo que regresar a restaurarlo “para permitirle al beso volver a ser a través de simples líneas rojas”.
Después, la red social hizo lo suyo: la publicación, además de ser compartida en cientos de ocasiones, se llenó de comentarios a favor, pero principalmente en contra de esta muestra de afecto. Y sobre estos internautas que apoyaron el daño a la obra, en entrevista con MILENIO el creativo dice que reflejan “una arraigada homofobia, no refleja otra cosa más que eso. Por dónde lo veas es un acto de intolerancia hacia las manifestaciones de amor entre personas LGBTTTIQ+”.
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“Al principio me asombro mucho la cantidad de odio y violencia que se emplean en redes sociales para manifestar la intolerancia y la homofobia que muchas personas disfrazan de ‘opiniones’. En especial en los comentarios de las redes sociales de los medios de comunicaciones locales de Monterrey que compartieron la nota, las personas manifestaban comentarios muy violentos”, agrega Chanate.
A días de este suceso, y luego de haber plasmado otro beso entre hombres ahora en Copenhague, Dinamarca, el muralista considera “necesario” entender y reconocer que lo acontecido con el intento de censurar su trabajo “es una situación no común y que debemos atender de forma inmediata cómo sociedad. Tolerar la intolerancia es absurdo”.
Un artista puede provenir de cualquier lado
Chanate dice que no recuerda su primer acercamiento con el arte, y considera que “el origen de nuestra conexión con lo artístico carece de relevancia en relación a lo que desarrollamos o buscamos desarrollar en este momento que es el presente”.
“El pasado importa, e importa reconocerlo, pero un artista puede provenir de cualquier lado, y cualquier acción puede evocar a un futuro artista”, asegura.
Aunque sí rememora ese primer mural de temática histórica que realizó en su etapa preparatoriana.
Lo que siguió para el creativo fue un proceso – aún en marcha – de materializar expresiones que “si la sociedad, el mercado, o las personas de nuestras comunidades deciden definir como arte con el paso del tiempo, tendremos un poco de suerte”.
Sobre por qué se decantó por los murales, comenta que “a través de lo que realizamos dentro del espacio público podemos atender un poco de las problemáticas que competen al espacio público. Por ejemplo: la forma en la que las personas interactúan, la falta de tolerancia, la empatía y problemas que nos competen como ciudadanos principalmente”.
El arte
Actualmente el artista vive de su obra, con la que busca “aportar mi parte a mejorar las condiciones de los espacios que hábito”, y por eso manifiesta que “no tengo mucho interés en el concepto del éxito”.
Partiendo de su experiencia a un aspecto más general, ¿es posible vivir del arte en México? Chanate responde:
“Si, es posible. Pero lamentablemente las condiciones sociales, económicas y, sobre todo, las obsoletas políticas culturales que se emplean dentro de nuestro país hacen que el artista deba recurrir cada vez más a la iniciativa privada externa para poder sustentar su trabajo. En muchos países del mundo el arte es reconocido por su capacidad de jugar un rol realmente importante en la sociedad, de esta manera el estado ejecuta políticas más funcionales para poder generar mancuerna con el sector artístico y así este pueda fomentar su producción de forma más estable y digna. Por otra parte, en México o en Nuevo León a veces hay becas para el fomento artístico, pero poder acceder a estos recursos es igual de difícil que alcanzar a llenar la cubeta de agua antes de que te la corten”.
Cabe mencionar que el muralista se encuentra en una gira de un mes y medio por Europa: “Visitaré alrededor de 5 países”; un viaje que se dio “gracias a invitaciones a festivales y ofertas de trabajo que se dieron con el tiempo”.
Por último, el experto en trazos y colores comenta que ante un mundo que a veces parece caerse a pedazos, “no creo que el arte pueda ser una solución práctica a los problemas de esta magnitud, sin embargo, puede abrir debates, evidenciar situaciones de desigualdad y de odio, y, sobre todo, puede exponer todo lo que acontece dentro de nuestra ciudad o país”.
hc