Ernesto Che Guevara quedó inmortalizado en la historia por sus facetas de médico, político, escritor y guerrillero, pero también por un retrato que el fotógrafo cubano Alberto Díaz Korda captó en La Habana.
El 5 de marzo de 1960 el revolucionario argentino participaba en el funeral de las víctimas de la explosión de La Coubre, un barco llegado desde Bélgica a La Habana con armas y municiones para el nuevo Gobierno liderado por Fidel Castro, que consideró el suceso un sabotaje.
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Korda (La Habana, 1928 - París, 2001) captó ahí la imagen del guerrillero -cuyo hieratismo atribuyó a la ira contenida por las pérdidas humanas y materiales - para publicarla en el hoy desaparecido diario Revolución, aunque sus editores la desecharon en la tirada del día siguiente.
Un retrato olvidado
La foto, titulada Guerrillero heroico, permaneció colgada en la pared de Korda: "no era famosa entonces, en 1964 solo había una copia en el estudio", explicó en 2020 José A. Figueroa, en aquel tiempo ayudante del artífice del retrato y actualmente de los fotógrafos más reconocidos de Cuba.
De hecho no fue hasta 1967, tras la muerte del protagonista en Bolivia, que el editor italiano Giangiacomo Feltrinelli adquirió los derechos para publicar El Diario del Che en Bolivia y utilizó la imagen en un cartel que vendió dos millones de copias en seis meses.
"A medida que la foto se hizo más importante, más solicitada, siempre la imprimíamos en mi laboratorio", aseguró Figueroa, alguien tan ligado a esa imagen como su ex socio y amigo fallecido en 2001.
Guerrillero heroico. (Alberto Díaz 'Korda')
"Contrariamente a lo que se cree, mi papá se sintió agradecido con Feltrinelli, porque finalmente fue él quien dio a conocer la imagen que representaría para muchos, guste o no, el cambio", dijo la hija de Korda, Diana Díaz López, en 2015.
Dos fotogramas
Algo que pocos saben es que Korda, al ver al Che destacarse entre el público durante el acto funerario, apretó el obturador dos veces.
"Él tomó dos fotogramas. Siempre se conoció uno solo y el otro nunca se imprimió porque había la cabeza de un hombre detrás", explica Figueroa, que guarda una copia original de ambas imágenes, en las que la expresión del rostro del Che es casi idéntica.
Figueroa con las dos versiones del retrato. (EFE)
Más de seis décadas después de la famosa instantánea, el Guerrillero heroico de Korda y las versiones de Jim Fitzpatrick y Andy Warhol todavía llenan paredes de dormitorios universitarios y son usadas en pancartas, camisetas, stickers y hasta en controvertidos anuncios publicitarios, como el del gigante automotriz Mercedes Benz en 2012.
En Cuba es difícil caminar sin toparse con la imagen, comercializada como mercancía turística y reproducida a gran escala en la Plaza de la Revolución, donde el ex presidente de Estados Unidos Barack Obama insistió en tomarse una foto con el Guerrillero heroico de fondo durante su histórica visita a La Habana en marzo de 2016.
Uno de los escasos originales fue subastado en 2013 en Viena por más de 9 mil euros y en 2016 el hijo menor de Korda, Dante, vendió por 18 mil euros la cámara Leica con la que el artista tomó su imagen más icónica y documentó los primeros años de la Revolución Cubana.
"Un instante de suerte"
El retrato del Che, era calificada por Korda simplemente como "un instante de suerte", contó en 2018 la investigadora cubana Cristina Vives.
Para Vivas, la obra de Alberto Díaz Gutiérrez, ha sido "insuficientemente estudiada" por las circunstancias en que vivió desde el triunfo de la revolución cubana en 1959, que hizo que "el tema político fuera el que se ponderara".
"El propio Alberto se autocensuraba y decía que ésa era la parte más importante de su obra", resaltó la experta, y apuntó que otra razón de ese sesgo fue la desaparición en 1968 de los Estudios Korda y la confiscación de sus archivos por el Estado al prohibirse cualquier actividad privada.
El fotógrafo. (Foto: www.albertokorda.photo)
Con ello desapareció la obra anterior de Korda, "que era una permanente búsqueda de la belleza desde 1954, fotografiando a mujeres hermosas, que le acompañaron durante toda su carrera".
"Korda murió en 2001, con 72 años, en París invitado por el Festival de Cannes con su última novia, una de tantas, que tenía 22 años", señaló Vivas, que tildó al artista como "un amante de la belleza que reunió una obra hermosa aun cuando hablaba de política, cosa que es difícil".
hc