Maiakovski punk y otras figuras del siglo XXI (Taurus, 2022) es la más reciente travesura de Christopher Domínguez Michael, escritor y crítico literario. Él reunió artículos y ensayos publicados en distintos medios, en los que comenta novelas, cuentos, poesía, prosa, sucesos históricos y recuerda a algunos autores que han muerto.
“Ni dejo de insistir en la crítica literaria, sus heroísmos y desvaríos, que son lo mío”, dice el autor en su obra.
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Es un libro de 660 páginas, en el que el ensayista invita al lector a un viaje por la literatura que comienza por el libro Las ruinas de Palmira, pasa por el 11 de septiembre en Nueva York, hace una pausa para recordar emotivamente al escritor Sergio González Rodríguez y va en busca de la obra de Borges. También escribe sobre el presidente Trump, Ucrania y “conversa” con Benedetti, Piglia, Fumaroli, Parra, Lowell, Zurita y Vila-Matas. Su pluma, vamos, parece no tener límites.
Fiel a su estilo serio, Domínguez Michael (México, 1962) prefiere las preguntas por escrito para la entrevista con MILENIO. Es breve pero al mismo tiempo certero en cada una de sus respuestas.
Siempre he pensado que tienes un espíritu de punk literario.
Muy honroso tu punto de vista. Sí, soy contemporáneo y fan de Sid Vicious y Patti Smith.
¿Qué te provoca reunir tus textos en este libro?
Todo crítico literario tiene un temperamento y en esta ocasión predomina mi azoro frente al siglo XXI. Obviamente me sentía más cómodo en el siglo en que nací.
¿Te consideras un crítico/ensayista despiadado?
De ninguna manera. La mayoría de los ensayos y artículos que he escrito a lo largo de mi vida literaria son elogios, esfuerzos por compartir mi entusiasmo. Haz la prueba con Maiakovski... Contrario a lo que reza la leyenda, el crítico se caracteriza por su alegría al leer. Pasión intacta, la llamaba Steiner y eso que no era punk.
Pero una crítica puede ser cruel y acabar con una carrera o encumbrarla.
Nunca un crítico ha destruido la carrera de nadie. Si alguien se amedrenta inclusive ante la crueldad de la opinión es que no tiene madera de escritor. ¿Para qué se publica si no es para conocer la opinión de los otros? Los críticos fueron acusados de matar a John Keats. Es falso, Keats ya estaba muy enfermo de tisis y las reseñas en su contra fueron parte de una campaña conservadora contra el grupo de Lord Byron, ese sí más punk. Era un asunto político y así lo tomó Keats.
En todos estos años, debes tener algún texto que provocó alguna reacción fuerte.
La vida literaria tiene su picaresca. Me ha pasado de todo. Eso ocurre cuando tu misión es herir o investigar la vanidad artística o sobre el terreno. Los más graciosos pertenecen al género del elogio indeseado o mal recibido. Escritores que se ofenden porque creen haber sido “mal” o “defectuosamente” elogiados.
¿Los lectores y la literatura necesitan críticos de verdad en estos tiempos de redes sociales?
En mis tiempos el enemigo era la TV, llamada “caja idiota”. Hoy lo son las redes sociales, que frecuentan (con honrosas excepciones, desde luego) los idiotas. A mí me interesan los libros y los libros que requieren toda la concentración de quien ama la literatura. A esos pocos amigos, las redes sociales no los van a distraer. Para ellos escribo. Nuestra época –lo he dicho varias veces– no tiene el monopolio de todas las desgracias. Siempre acecha la barbarie. Simplemente hoy se manifiesta de manera más veloz pero a la vez más fugaz.
¿Consideras que tienes obligación con tus lectores?
Sólo me interesan quienes tienen tiempo para leer. Soy un lector ansioso de compartir mis lecturas con ese reducido prójimo semejante. Con este publico me basta. No importa si son 500 o 50 o cinco lectores.
'El otro Serge' es un gran texto.
Quise mucho a González Rodríguez. Hicimos juntos El ángel, uno de los suplementos más longevos en la historia de nuestro periodismo cultural. Duró de 1993 a 2015. Pero mi opinión sobre sus novelas, así como sobre sus defectos como periodista investigador, la publiqué este año en Letras libres y es una opinión –espero– apasionada y crítica.
Cuando escribes un texto como el de 'Borges Obeso', ¿en qué piensas? Parece que tus textos tienen mucho de cuento, tomas al lector y no lo sueltas
Un crítico no tiene porque ser aburrido ni un teórico pedante. La inteligencia del lector agradece la conversación sabrosa y de alto nivel.
¿A qué lectores buscas? ¿a tus colegas, al lector común?
Al lector común del que hablaba Virginia Woolf. Quien entra a una librería o a una biblioteca sin otra credencial que su amor a la lectura. No necesita más, ni títulos académicos ni vanas presunciones.
Con el paso de los años, ¿te arrepientes de algún texto?
Cada año me arrepiento de varios y mucho. La opinión, empezando por la propia, es caprichosa. Siempre, por principio, alguien lee mejor que uno.
Abordas a un universo de autores: Benedetti, Piglia, Fumaroli, Parra, Christa Wolf… Podría decir que eres como un historiador de las palabras y de la literatura.
No concibo la crítica literaria sin la historia literaria. Lo decía José Gaos refiriéndose a la filosofía.
El autor
Christopher Domínguez Michael (1962) es uno de los críticos literarios hispanoamericanos más reconocidos. Historiador y ensayista, es autor de la Antología de la narrativa mexicana del siglo XX (1989 y 1991), Tiros en el concierto. Literatura mexicana del siglo V (1997) y su Diccionario crítico de la literatura mexicana, 1955-2011 (2007 y 2011) fue traducido al inglés en 2012.
En 1995 preparó, con José Luis Martínez, La literatura mexicana del siglo XX. En 1997 publicó una novela, William Pescador, y en 2004 recibió el Premio Xavier Villaurrutia por Vida de Fray Servando, biografía histórica.
Participó en el consejo de redacción de la revista Vuelta entre 1989 y 1998. Es miembro del consejo editorial de Letras libres. Desde 2010 es investigador asociado de El Colegio de México y actualmente es profesor visitante en la Universidad de Chicago.
hc