Cómo estarán las cosas con la epidemia del Covid-19 que el último paro en producción de la Cervecería Cuauhtémoc, hoy Heineken México, había sido durante la Revolución Mexicana.
Justo en abril de 1914 las refriegas del combate habrían llegado a la planta cervecera, ubicada en las afueras de Monterrey, que obligarían a una baja en la producción e invariable paro que se extendería por ocho meses.
El perjuicio fue tal, comenta el historiador Eduardo Cázares Puente, que la empresa demoraría hasta 1920 en alcanzar su máximo potencial en la producción de las cervezas “Monterrey”, “Cuauhtémoc”, hoy conocida como “Indio”, y “Centenario”.
Por la mañana de este viernes, Heineken México emitió un comunicado informando que reducirán al mínimo la operación de sus plantas, además de frenar su distribución.
“El daño de 1914 y parte de 1915 les llevó a tener tiempos muy difíciles”, explica Eduardo Cázares Puente, autor del libro **Joseph Maximilian Schnaider, Industria, Cerveza y Familia**, editado por Kolektiva Editorial.
Cierre revolucionario
Monterrey no se salvó de la Revolución Mexicana. Un año antes, en 1913, las fuerzas Constitucionalistas y el Ejército que custodiaba la ciudad tuvieron combates con la finalidad de controlar la ciudad.
De aquel intento surge aquella escena donde los revolucionarios pernoctan en la empresa, se beben toda la cerveza que pueden y al otro día fracasan en la toma de Monterrey.
“Hay un regaño de Venustiano Carranza a sus tropas donde les dice que debieron tomar la ciudad, el problema es que se tomaron toda la cerveza”, apunta Cázares.
Para aquellos años, recuerda el historiador, los principales empresarios y dueños de la Cervecería Cuauhtémoc habían salido de la ciudad para instalarse en San Antonio, Texas.
Mientras, para vigilar la ciudad, la empresa habría contratado a un grupo de resguardo llamado “Batallón Cuauhtémoc”, conformado presuntamente entre bandoleros y trabajadores propios.
Fue en abril de 1914 cuando los Constitucionalistas toman la ciudad, siendo su primer blanco la cervecería, como una de las empresas prósperas para Nuevo León.
A partir de 2 de mayo y hasta diciembre, la empresa estaría confiscada. Aunque se hicieron intentos por fabricar una cerveza revolucionaria, la verdad es que nunca pudieron echarla a andar.
“La planta en Monterrey ya no funciona, sigue operando pero a un nivel muy mínimo. Baja la producción, muchos obreros son despedidos y simplemente no se produce nada”.
Fue en diciembre cuando los Constitucionalistas entregan la planta a la ciudad y aunque poco a poco empieza la operación, tomaría su verdadero nivel a partir de 1920.
Desde entonces, la ciudad ha pasado por la epidemia de “Fiebre española” de 1918, vio surgir la Segunda Guerra Mundial, además de ser azotada por huracanes o la inseguridad, pero nunca se había detenido la producción de cerveza como pasará ahora por el Covid-19, o coronavirus.