Fue una de las salas cinematográficas más grandes, con cinco mil butacas; un día después de su apertura, en 1946, un incendio la destruyó por completo. Se reinauguró el 24 de junio de 1948, con la película Agonía de amor, de Alfred Hitchcock, y a los pocos días sus propietarios lanzaron una idea que haría historia: las matinés, funciones económicas, en las mañanas, con programas dobles. La primera fue el 11 de julio con dos películas de Tin Tan y su carnal Marcelo: Músico, poeta y loco y El niño perdido. El cine se abarrotó.
Fue tanto el éxito que, a partir de ese momento, las matinés del Cosmos se convirtieron en punto de referencia de colonias circunvecinas, incluso de la Roma y Tacubaya.
Era un cine popular, al que años más tarde asistiría con regularidad el escritor Jorge Arturo Ojeda, autor, entre otras obras, de Muchacho solo, a quien se le veía, siempre solitario, con su bolsa llena de libros y periódicos en una de las últimas filas de la espaciosa sala.
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Frente al Cosmos había varios comercios que tenían como clientela a los espectadores, por eso algunos sufrieron cuando el cine desapareció, como recuerda María de los Ángeles Juárez, quien era empleada del Mei Hua, un café de chinos que siempre estaba lleno y que ahora funciona como restaurante. Habla con nostalgia mientras se acomoda la mascarilla, luego de atender a los seis clientes que, distanciados, han acudido a la hora de la comida.
No a la funeraria
En su decadencia, el Cosmos estuvo a punto de convertirse en funeraria, que hubiera sido un éxito en ese vértice que forman Circuito Interior y Calzada México-Tacuba, donde convergen tres alcaldías con panteones populares y de élite.
En 2013, el entonces delegado de Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo, recuperó el predio del cine, que había permanecido baldío durante siete años y dio por terminado el proyecto del establecimiento mortuorio, al que se habían opuesto los vecinos de la colonia Tlaxpana, quienes distribuyeron panfletos en los que advertían: “Sobre mi cadáver, no a la funeraria”.
La anécdota de la funeraria fue recordada por José Alonso Suárez del Real durante un recorrido que hizo la semana pasada con la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, para mostrarle el avance del 75 por ciento en las obras de lo que será una nueva Fábrica de Artes y Oficios (FARO), que estará terminada el próximo noviembre y será sede de la Orquesta Típica de Ciudad de México y tendrá, entre otros espacios, una escuela de artes escénicas y circenses y un museo dedicado al movimiento estudiantil de 1971 (a unos metros de ahí, frente a la Escuela Normal Superior, ocurrió el denominado halconazo del 10 de junio, cuando policías vestidos de civil arremetieron contra estudiantes).
El diseño está a cargo del arquitecto Enrique Norten, en cuya página electrónica, dedicada a la obra, se describe: “Con la restauración de la fachada y primera crujía de estilo Art Decó, se conserva la memoria histórica, cinematográfica y social del inmueble, al mismo tiempo que se crea un diálogo con la sociedad y cultura del siglo XXI”.
Y aquí están los avances de la inmensa estructura metálica, sobre 6 mil 300 metros cuadrados, con un espacio central de andamios en lo que será la escuela de artes escénicas y circenses.
El rescate
Entrevistado por MILENIO, el secretario de Cultura de Ciudad de México, José Alonso Suárez del Real, recuerda que aunque de niño vivió en la colonia Juárez, en la calle de Biarritz, su padre lo llevaba al cine Cosmos en la Tlaxpana. Dice que ahí, en los años 50, cuando tenía seis años, vio las películas de Tarzán, interpretado por Johnny Weissmüller.
Suárez del Real, quien en 2003 fue jefe delegacional en Cuauhtémoc, dice también que cuando la propietaria del Cosmos, y de muchos otros cines, la estatal Compañía Operadora de Teatros, S.A. (Cotsa) se disolvió en 2000, las salas se pusieron en venta y el gobierno del entonces Distrito Federal adquirió las del Ópera, Lindavista, Latino, Paseo y París.
La entonces diputada María Rojo, agrega Del Real, formó un fideicomiso para mantener dichas salas como emblemáticas del cine mexicano. Pero el Cosmos no fue considerado y su nuevo dueño lo partió en microsalas.
¿El Cosmos era el patito feo?
"Siempre fue el patito feo —responde Suárez del Real—. Resulta que el terreno se puso a la venta y una sociedad de previsión a futuro lo adquirió para poder generar una funeraria en esa esquina comunicada con varios panteones. Entonces me llega de rebote el lema que me pareció genial por parte de vecinos de la colonia Tlaxpana: “Sobre mi cadáver, no a la funeraria”.
Y ahora el Cosmos renace con reluciente atuendo
En noviembre se terminarán las obras del emblemático cine inaugurado en 1946 y en el cual dieron comienzo las famosas matinés el 11 de julio de 1948, con tanto éxito que pronto fueron adoptadas en otras salas; en adelante se convertirá en Fábrica de Artes y Oficios.
Historia y emblema popular. Aspectos de la fachada principal del cine ubicado en la calzada México Tacuba y Melchor Ocampo.
Claves...Lo popularLas matinés se iniciaron en el cine Cosmos, la primera fue el 11 de julio con dos películas de Tin Tan: Músico, poeta y loco y El niño perdido.
Más cultural
El avance de las obras del nuevo FARO es de 75 por ciento y entre otros espacios tendrá una escuela de artes escénicas y circenses y un museo dedicado al movimiento estudiantil de 1971.
Su estilo
El diseño del Cosmos, a cargo del arquitecto Enrique Norten, preserva la memoria histórica, cinematográfica y social del inmueble. El recinto renace con reluciente atuendo.
amt