El actor, director y dramaturgo yucateco Luis Alcocer Guerrero retomó una historia de nota roja para crear una suerte de comedia negra cercana al “cine de terror barato” sobre las familias mexicanas: El juego de mamá (2020), que se reestrena después de la pandemia este 5 de febrero en el Círculo Teatral.
“Hace años leí un caso de nota roja sobre una mujer que durante la comida de Dia de las Madres intenta varias veces suicidarse hasta lograrlo: primero se toma unas pastillas, pero su familia la hace vomitar y la salvan; luego se corta las venas, pero la descubren y la sacan del baño y la vendan; pero ya cuando está sola, se ahorca”, cuenta el fundador de Proyecto Granguiñol Psicotrónico, que cumple una década.
- Te recomendamos 'Consentimiento' tendrá funciones en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris Cultura
A partir de ese caso, Alcocer Guerrero (Mérida, 1975) complejizó en su texto la relación entre la madre y los hijos, para mostrar las dinámicas familiares en esta obra que tuvo una corta primera temporada en El Milagro en febrero de 2020, previo a la crisis por covid-19, que ahora llega al espacio de avenida Veracruz 107, en la Condesa, para una nueva temporada del 5 al 26 de febrero, los lunes, a las 20:00 horas.
En El juego de mamá, Mario asiste a la celebración del Día de las Madres en la familia de su novia. La festejada, una anciana demente en forma de botarga, llega con los intestinos fuera, tras otro intento de suicidio. Mario decide salvarla, pero sus buenas intenciones provocan una serie de conflictos.
“En la obra se conjuntan diferentes técnicas escénicas, como el teatro de máscaras, la danza balinesa, la danza en general, y se cruzan el ensayo literario con el drama. Es una experiencia muy divertida que nos recuerda a una película de terror barata”, comenta en entrevista el creado egresado de la UNAM.
Cuenta que en las pocas funciones que tuvo la obra en El Milagro y este año en foros como el Centro Cultural Calacoaya, de Atizapán, impactaron en el público la construcción visual de la pieza y la trama.
“Mucha gente se siente identificada con los problemas con los problemas que tienen las madres y los hermanos. ¿Qué tipo de familia es la de El juego de mamá? Es una familia muy mexicana y me atrevería a decir que muy yucateca, porque soy de Mérida y cuando escribí la historia incluí muchos referentes de la vida cotidiana de Yucatán. No obstante, es una familia con dinámicas bastante comunes; muchas familias tienen relaciones complicadas en donde mezclan afecto, rencor y crueldad”.
Alcocer Guerrero destaca el trabajo visual, sonoro y actoral de sus colaboradores en el proyecto.
“Hay una escenografía con un lenguaje visual y espacial en el que Martha Alejandra Vega recupera muchos elementos del universo infantil para llevarlos a situaciones dramáticas de la vida adulta. Eso hace mucho contraste, porque termina siendo una historia tan fuerte pero con una visualidad que correspondería a un mundo más infantil, de la memoria de la infancia”, comenta el creador escénico.
“Rodrigo Castillo Filomarino se hace cargo de la música y el sonido sonoro, como en todas las producciones del Proyecto Granguiñol Psicotrónico. Es un músico muy destacado que colabora en cine y danza también. En El juego de mamá juega con la sonoridad de la música electrónica de la década de los 70 del siglo pasado, con la música de la compositora Wendy Carlos (1939) o el soundtrack de la película Naranja Mecánica (Kubrick, 1971)”, explica el maestro en Dirección Escénica por el Inbal.
En el elenco destaca la dramaturga, actriz y bailarina yucateca, con entrenamiento en danza balinesa en Sumatra, Itzhel Razo, autora, directora y protagonista de Wilma (2020), con la que ganó en 2023 el premio al Monólogo de la Asociación de Críticos y Periodistas de Teatro. También actores y actrices con experiencia en títeres, técnicas del clown y circo: Héctor Iván González, Jorge Chávez Caballero, Aleyda Gallardo y Andoni Guerrero, preparados en movimiento escénico por Graciela López Herrera.
“El juego de mamá implica movimiento continuo durante una hora; los actores nunca abandonan el escenario durante la obra, es una exigencia muy fuerte frente al público y dentro de la ficción”, añade el director, que publicó la obra en el Florilegio de teatro psicotrónico de Ediciones El Milagro en 2013.
El Proyecto Granguiñol Psicotrónico se ha definido como una compañía que ha forjado un estilo teatral distintivo caracterizado por la presencia de imágenes perturbadoras y situaciones inquietantes que desafían las expectativas de la audiencia. Su director, a través de un peculiar método de trabajo basado en la lógica cinematográfica, estimula la imaginación del espectador para crear pesadillas escénicas.
La apuesta del grupo por lo siniestro, el shock emocional, lo insólito y también por el humor despierta sensaciones y reflexiones inesperadas. Su elección creativa, concebida desde el inicio de sus operaciones, busca que el espectador no sea un mero observador, sino un participante activo que ensambla las diversas partes de la obra como si estuviera armando un rompecabezas.
PCL