De acuerdo con datos de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), a escala nacional existen poco más de mil 200 puntos de venta de libros, entre los que se cuentan a las librerías tradicionales y a los que se distribuyen en espacios como centros y plazas comerciales.
Las cifras más cercanas sobre los puestos de periódicos existentes en México hablan de cuando menos 4 mil 500 en Ciudad de México y unos 3 mil 500 en todo el país, con lo que se han convertido en una de las mejores herramientas para la distribución del libro en nuestro país, sobre todo aprovechado por un género conocido como coleccionable.
“Se trata de publicaciones que, muchas veces, satisfacen unas necesidades del conocimiento que a lo mejor el lector o no encuentra en la librería o es costoso encontrarlo de manera seleccionada, agrupada, organizada, y muchas veces son títulos únicos en el mercado”, explica Belén Manzano, directora editorial del libro ilustrado del grupo RBA España.
Si bien vivimos el tiempo en que internet parece dominar distintos aspectos de la vida cotidiana, entre ellos el del libro, los coleccionables responden a lo que representaba el antiguo mundo de la enciclopedia, pero ahora reconvertido en la colección de libros, que semana a semana busca ofrecer un poco más de conocimiento a los lectores, sobre todo a quienes tienen intereses ya muy claros.
“Es cierto que con el mundo de internet tú crees que todo el conocimiento está allí, que no lo vas a necesitar, pero quienes publicamos coleccionables no acudimos a conocimientos generalistas, sino buscamos darle un añadido, algo que lo haga diferente: a veces es porque te acercamos la historia de una manera amable, casi entretenida, pero siempre rigurosa y con una base de conocimiento muy fuerte”, asegura Belén Manzano, quien asegura que el género ha sido tan importante que “El mundo es matemático” se convirtió en una de las colecciones más exitosas.
“Nosotros nos sentíamos más cómodos en entornos literatura, historia, arqueología… era una zona de confort, pero eso nos abrió a una nueva vía del conocimiento.”
Encuentro con el público
RBA comenzó a trabajar los coleccionables con una serie de libros sobre historia, en colaboración con National Geographic, y la sorpresa fue que prácticamente se agotó la colección, para seguir con títulos más complejos en cuanto a contenidos, como una llamada Grandes pensadores.
En la actualidad tienen en circulación “Fronteras de la ciencia”, en la cual se abordan temas como neurociencia, genética, física y tecnología; y “Mitología”, versiones noveladas sobre las hazañas de los grandes héroes y la cosmogonía clásica, que se publica en colaboración con Editorial Gredos.
“Uno de los coleccionables más exitoso ha sido el de ‘Grandes pensadores’, tanto que ya se sacó en dos ocasiones anteriores y agotó el ciento por ciento del tiraje. Toda la colección andará por los 700 mil ejemplares, a sabiendas de que la curva del coleccionable siempre es muy compleja, porque puede empezar con un lanzamiento de hasta 65 mil ejemplares y se ajusta conforme avanzan los números hasta llegar a los 5 mil”, explica Adolfo Rodríguez.
Rodríguez, director de RBA México, recuerda que las librerías hacen un gran esfuerzo para la distribución del libro, pero finalmente el problema radica en los pocos espacios que existen en todo el país, en especial para ser un país con 120 millones de habitantes, “mientras con los puestos de periódicos hay uno cada dos cuadras y eso nos ha permitido estar en varios lados y no meterlos en un anaquel”.
“El tema del coleccionable desde siempre ha estado. Vino con mucha fuerza hace más de 15 años, después dejó de existir y volvieron a salir al mercado con gadgets en varias editoriales y la intención de RBA fue aprovechar, en su momento, esta parte que en el mercado mexicano estaba funcionando.”
Uno de los aspectos más importantes de los coleccionables es mantener la atención de los lectores: se quedan de 60 a 70 semanas; incluso, RBA mantiene entre 15 y 20 colecciones en circulación, algunas de ellas en tercera o cuarta edición, en gran medida porque se terminan los tirajes, pero también porque se busca a llegar a otros sectores.