Tradición, color y alegría han invadido la tarde de este sábado la ciudad con el Desfile del Día de Muertos, en la que se reúnen miles de catrinas y catrines, carros alegóricos y música para celebrar esta tradición mexicana que se aproxima.
Las calles de Guadalajara cerraron su paso a los autos y cedieron su espacio a más de 7 mil 500 personas que participaron en la edición once del evento, que particularmente este año creció exponencialmente y paralizó el centro de la ciudad, pues además del largo contingente, otros miles que esperaban para ver a las catrinas pasar marcaron la ruta por la que desfilarían, formando largas líneas humanas desde Javier Mina a la altura de San Juan de Dios, hasta las nueve esquinas, pasando por la calzada Federalismo.
Así, los integrantes de los distintos contingentes que formaron el desfile, avanzaron siendo escoltados por los dos muros de personas. Familias completas, pero sobre todo niños, algunos caracterizados, hallaron su lugar, y desde horas antes de que empezara el desfile se sentaron a esperar, algunos en la banqueta, otros en sillas que trajeron de casa para disfrutar del espectáculo con mayor comodidad y que paulatinamente se transformaron en bancos en los que se treparon para ganarles en altura a aquellos que no dejaron de pararse enfrente sin avisar.
Cuando pasaba el contingente frente a ellos los ojos se iluminaban. Los primeros en llamar su atención eran un grupo de danzas autóctonas, que le dieron el toque prehispánico al desfile, luego comenzaron a aparecer los catrines. En elegantes trajes y vestidos, a pie o en carrozas fúnebres, solos o en grupo, los catrines y catrinas se robaban las miradas, los miles de espectadores sacaban sus celulares para inmortalizar el momento y posaban cuando el desfile pasaba frente a ellos.
No faltaron las flores de cempasúchil, el papel picado de colores ni los altares con ofrendas que se postraron sobre algunos carros alegóricos. Los autos antiguos, aquellos llamados de colección que ya casi no se ven en la ciudad, se dieron cita también, y se armó así todo un festín tradicional.
MC