La compositora Ana Lara podrá celebrar su cumpleaños con el estreno mundial al fin de Breves Sombras con la Orquesta Filarmónica de la UNAM, obra comisionada para la conmemoración del 250 aniversario de Ludwig van Beethoven, que se retrasó tres años debido a la pandemia por covid-19.
Lara (Ciudad de México, 30 de noviembre de 1959) abre con la pieza inspirada en la Octava Sinfonía del genio de Bonn, el programa 10 de la tercera temporada 2022 de la Ofunam en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, en funciones sábado 19 y domingo 20 de noviembre.
- Te recomendamos Héctor Infanzón celebra 45 años de trayectoria en el Salón Los Ángeles Cultura
Además, el viernes 18 participa en el homenaje que rinde el Colegio Nacional (a partir de las 18:00 horas), a su maestro y amigo, Mario Lavista, en el que se interpretará Memorial, la obra que ella compuso para el músico fallecido el 4 de noviembre de 2021.
En entrevista, la compositora recuerda que la Dirección de Música de la UNAM le encargó a un grupo de compositores una pieza breve para presentarse antes de cada una de las nueve sinfonías de Beethoven, que se iban a interpretar a lo largo de 2020 por el 250 aniversario del natalicio del músico. Breves sombras abrirá el concierto de la Ofunam, bajo la batuta de Ludwig Carrasco como director huésped, que continuará con el Concierto para oboe y cuerdas de La menor, de Ralph Vaughan Williams, con Víctor Ánchel, como solista, y que cierra con la Sinfonía número 3, de Johannes Brahms.
“A mí me tocó la Octava Sinfonía. Decidí tomar exactamente la orquesta tal como la había tomado Beethoven y crear una obra que tuviera elementos que me parecían relevantes de la Octava Sinfonía como, por ejemplo, el uso de las octavas o el cambio repentino de dinámicas y de acordes, y algún elemento melódico, sobre todo en los contrabajos, que yo podía usar en mi pieza. Y es por eso que se llama Breves Sombras, las sombras son justamente los elementos de la Octava Sinfonía de Beethoven.
“Escribir una obra de orquesta naturalmente requiere de mucho tiempo y solamente lo hago cuando sé que va a ser interpretada, por eso son importantes los encargos de orquesta porque eso asegura que va a haber una interpretación de la orquesta. Cada nueva pieza, pero en particular una para orquesta, siempre es un momento muy importante en la vida de un compositor porque es la primera vez que yo voy a escuchar esta música fuera de mi imaginación, es el momento en que uno ratifica si es lo que uno imaginaba y resulta en sonidos”, expone Lara, egresada del Conservatorio Nacional de Música.
“Siempre es un momento emocionante, un poco estresante por lo mismo, uno disfruta enormemente poder tener la posibilidad de escuchar a tantos músicos tocar lo que uno se imaginó en la cabeza”, dice.
Homenaje a Mario Lavista
Habla del homenaje a su maestro, en el que participan una condiscípula suya del taller de composición de Mario Lavista, Gabriela Ortiz, el escritor Juan Villoro, el arquitecto Felipe Leal, la coreógrafa Paulina Lavista, entre otros, y en el que se devela un retrato del músico pintado por Arnaldo Coen.
“Se va a volver a tocar el cuarteto que escribí para él, Memorial. Mario fue mi maestro y amigo; maestro cuatro años y mi amigo 36. Para mí es una figura importantísima, musicalmente hablando me enseñó a componer y a escuchar, eso para mí es fundamental. Además, las clases no solo eran de música, también eran de arte, de filosofía, de poesía, de artes plásticas, de danza. Toda esa riqueza que él nos transmitió la hemos llevado cada uno de nosotros el resto de nuestras vidas.
“Y, sobre todo, la escucha de Mario. Era un maestro increíble, porque escuchaba de una manera muy concentrada, muy inteligente, cada sugerencia que él nos hacía, no solo como maestro sino como amigo, ha sido atesorada por nosotros. Hablo de mí, pero estoy segura que mis colegas que estudiaron también con él, para cada uno de nosotros la opinión musical de Lavista contaba muchísimo porque no hay mucha gente que tenga una escucha como la que tenía él. Lo extraño enormemente”, comenta.
—Una coincidencia. Estrena Breves Sombras este fin de semana con la Ofunam. Y la próxima semana Gabriela Ortiz, igual alumna de Lavista, estrena con esa orquesta y en el mismo lugar Fractalis, un concierto para piano. No es frecuente que dos compositoras de su talla estén estrenando en apenas una semana.
Me parece fantástico. Y, sobre todo, me parece fantástico que un maestro como Mario Lavista haya podido tener dos alumnas como Gabriela y como yo, que somos tan distintas estilísticamente. La estética de Gabriela y la mía son muy diferentes, y eso se puede aplicar a la música de los otros compañeros del taller de composición. Eso hace también para mí más evidente que Mario era un gran maestro porque él no nos decía cómo componer, él lo que hacía era aclararnos a nosotros mismos nuestras ideas para poder decir de la mejor manera lo que teníamos.
También es curioso, ni Gaby ni yo hemos cambiado mucho en nuestro estilo de componer desde que éramos jóvenes; lo hemos enriquecido y evolucionado, pero creo que lo que uno tiene que decir es lo mismo que teníamos que decir hace 40 años que ahora. Efectivamente, tuvimos la fortuna de convivir al mismo tiempo con Mario, y me parece fantástico. Pero, no somos las únicas, hay compositores que estaban en el taller y son extraordinarios también, por ejemplo, Hebert Vázquez, Armando Luna, Ramón Montes de Oca, cada uno con una voz distinta. Y estoy segura que cada uno estamos muy agradecidos con Mario justamente por habernos permito encontrar nuestra voz.
—Aprovecho que habla de su estética, para pedirle que me la defina.
A mí me interesa muchísimo trabajar con el timbre. Eso en realidad se lo debo a Mario porque cuando yo empecé a trabajar con él, él estaba trabajando con lo que se llamaba en esa época las nuevas técnicas instrumentales, técnicas extendidas que se llaman ahora, pero en ese momento realmente era el renacimiento de muchos instrumentos que estaban empezando a producir sonidos que la tradición había dejado a un lado por no ser considerados bellos. Y esa música que tenía Mario con respecto al timbre resonó profundamente en mí y ese ha sido mi interés y mi trabajo y mi investigación.
Cada obra es una oportunidad de aprender y máxime en una obra de orquesta en la que tengo la oportunidad de hacer tantísimas cosas porque tengo todos los instrumentos a mi disposición. Entonces para mí es importante encontrar nuevas combinaciones, nuevos sonidos, nuevos ambientes, y también es también importante que todo eso sirva para poder transmitir algo, no solamente hacer efectos, porque no se trata de eso, sino de encontrar, a través de estas nuevas manera de emitir sonidos o de hacer combinaciones tímbricas, un resultado emocional, que eso es lo que a mí me importa.
—Un artista siempre está ligado a su sociedad. ¿Cómo vincula su quehacer artístico con un México como el que estamos viviendo, particularmente un México en el que las mujeres, por un lado, están alcanzando cimas que se les habían negado u obstaculizado, pero por el otro enfrentan una violencia brutal?
Nadie puede permanecer impávido ante el horror de la muerte de todas estas jóvenes, de todas estas mujeres en nuestro país. Y uno se pregunta ¿por qué hay tanto odio por parte de los hombres hacia las mujeres? ¿Qué les da tanto miedo de nosotras? Creo que el hacer un trabajo como el de la música... Una diría que la música no sirve para nada, pero la música nos acompaña. Y creo que en estos momentos tan terribles, el arte es un consuelo, sí, y desde ahí siento que que si puedo aportar algo es eso. Y es también darme cuenta que, a través de mi trabajo, he inspirado a otras mujeres, a otras jóvenes a componer, a sentir que ellas tienen un lugar que ocupar en la música. Esa es una aportación mínima a un drama tan terrorífico, pero eso es lo que yo siento que puedo aportar con mi trabajo.
—En el caso de Breves Sombras, ¿cómo repercutió en usted la situación actual de México?
Nuestro ambiente nos permea de muchísimas maneras. Yo no te puedo decir cómo me afecta, sé que me afecta, naturalmente, vivo en México, leo las noticias, me horrorizo ante todo lo que pasa. Pero, todo eso que vivo yo todos los días, horrorizándome, eso queda dentro de mí, y eso lo expreso a través de mi música. Pero, lo que yo no puedo es decirte es cómo salió en mi música, eso a mí me parece imposible, por eso la música es inefable, uno usa la música porque no puede pronunciar las palabras. Espero con esta pieza tocar a otros espíritus, que sientan que lo que yo estoy queriendo decir con música los interpele y los conmueva.
PCL