La compositora mexicana Diana Syrse (1984) se inspiró, para su obra más reciente, en el lugar que la vio nacer, la capital de México, en ese “monstruo que se despierta” todos los días. La pieza fue comisionada por la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM) y por su director, Carlos Miguel Prieto, y será estrenada en la Sala Nezahualcóyotl en el contexto de la Temporada de Verano de la agrupación.
El 22 y 23 de julio, el sonido de Ciudad de México se escuchará en una composición que surgió a partir de que “me imaginé un dron que ve la ciudad desde arriba y que va absorbiendo los sonidos de sus calles, y voy entonces con esta vista desde arriba y desde dentro de la ciudad, por estas calles y por estos sonidos que vienen del metal, de los coches, el asfalto, la gente caminando en el Centro Histórico, frente a la plaza”, comenta en entrevista con MILENIO.
- Te recomendamos Isaac y Esteban Hernández bailan por el arte popular Escenario
Diana Syrse salió del país a los 24 años y desde entonces ha compilado en su catálogo obras escritas para coros, orquestas, conjuntos, música eletroacústica, así como para disciplinas como la danza, la ópera y el teatro. De igual forma, su trabajo se ha interpretado en algunos sitios de Europa, Canadá, América Latina, Estados Unidos, África y Asia, además de que ha trabajado como compositora y cantante con la Filarmónica de Los Ángeles, entre otras agrupaciones.
En esta lejanía con su tierra, confiesa que trata de estar aquí cada año para visitar a su familia. Con Ciudad de México “intento darle un regalo al público que me va a escuchar en este estreno, pues pensé en regresar a mis raíces y a esta vida y sonidos que siempre traigo dentro y que extraño. Es una manera de darle algo al público y que ellos puedan escuchar y se puedan identificar de alguna forma. Hay mucho ruido, mucha combinación entre melodías, ritmos e instrumentos autóctonos”.
Del asfalto a los sonidos
En este viaje sonoro, explica la compositora, trató de imaginar cómo sería Ciudad de México, de manera surreal, si fuera un ser viviente: cómo sería si pudiera hablar o el latir de su corazón, lo que quedó plasmado en su pieza.
Sin embargo, su labor como creadora va más allá del papel, pues además es cantante y se ha enfocado también en esta disciplina.
“Quiero pensar que me enfoqué a lo largo de mi carrera en ambas cosas porque aun cuando estoy componiendo, estoy cantando lo que estoy imaginando, pero creo que la mayoría de mi trabajo profesional, sobre todo en el extranjero, está relacionado con la composición. Idealmente pude combinar la interpretación con la composición y cuando hay algún proyecto donde puedo usar mi voz, siempre estoy contenta de hacerlo”.
Esa versatilidad la ha llevado a la composición dentro de las diversas disciplinas, pero acepta que los proyectos que más disfruta son cuando su voz se hace presente, ya sea a través de su garganta, como dramaturga o como escritora, “porque a veces escribo mis propias letras, entonces, cuando puedo participar de alguna forma fuera de la composición, me gusta. Por ejemplo, en Ciudad de México siento que si bien no es un poema sinfónico, es algo que imaginé a partir de una historia”.
Esta comisión de la OSM surgió hace aproximadamente seis años y medio, primero con la idea de que la temática fuera acerca de la Revolución, pero con la pandemia se pospuso, esto le dio libertad creativa y así decidió que el tema fuera sobre la capital.
La composición en México
“El arte o las composiciones de los mexicanos es un tesoro del país y, si en otros países están respetando y programando a sus compositores, también sería hermoso que en México hubiera un festival de composición con el nombre de algún compositor vivo, que hay muchísimos. Creo que en un futuro si se programara música mexicana muy seguido, me daría mucho gusto”.
En cuanto a las mujeres compositoras, dice: “Durante mucho tiempo no tenían la oportunidad de estar programadas o todavía no se tiene esa oportunidad tan fácil, por ejemplo, en casas de ópera. Hace falta más integración y diversidad en este sentido”.
PCL