A lo largo de tres décadas como catedrático e investigador, David Maciel ha percibido que en México hay mucho descuido, ignorancia y falta de información sobre la comunidad mexicana que radica en Estados Unidos, aun cuando no sólo se trata de un problema de aquí para allá, sino también en sentido inverso.
“Hay mucha ignorancia de ambas comunidades, mucho descuido, no nada más de México —aunque yo los culpo mucho, porque nos han olvidado— pero también están mis colegas de allá, que necesitan conocer, venir a México, ponerse al tanto, leer periódicos mexicanos con más frecuencia. Ante todo, necesitamos tener nexos, intercambios, para cambiar esta situación”, reconoció el investigador, a propósito del lanzamiento del libro El México de afuera. Historia del pueblo chicano (FCE, 2021).
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Para el doctor en Historia por la Universidad de California en Santa Bárbara hay mucho que podemos ofrecernos como dos comunidades de origen mexicano, el problema es que no se han hecho los esfuerzos suficientes para que haya más conocimiento, más sensibilidad, más creatividad y, ante todo, apoyo entre ambas comunidades.
“La invisibilidad se da entre ambos países. No nada más es culpa de México, en Estados Unidos todavía tenemos mucho que hacer para que nuestra realidad, nuestros logros, esfuerzos o legado histórico se conozcan; pero allá hemos logrado mucho más que en México, en México todavía están en pañales para conocer la experiencia de los mexicanos de Estados Unidos”.
Uno de los grandes problemas, a decir de David Maciel, es que se ha descuidado la potencialidad y el impacto que tiene la comunidad chicana para cambiar todo el perfil de la sociedad estadunidense, sea económico, político, social o cultural, sin dejar de reconocer a México como su país de origen y como parte de una identidad que comparte desde las tradiciones o el idioma, hasta la gastronomía.
“En el periódico local de la zona en la que radico (en Los Ángeles) se anotaba que hoy día hay más restaurantes de comida mexicana que pizzerías. Eso muestra cómo la latinoamericanización de Estados Unidos es ya un hecho. Estamos desde Nueva York hasta San Francisco; en toda región de la Unión Americana ya hay población sustancial de origen mexicano y latino”.
En El México de afuera. Historia del pueblo chicano, David Maciel ofrece una síntesis de las complejas intersecciones que los migrantes mexicanos han tenido que enfrentar en los Estados Unidos, un tema poco estudiado del lado mexicano, que resulta oportuno hoy más que nunca, a su parecer.
“Nunca me he podido explicar del todo la razón del olvido, porque somos parte íntegra de México, pero hay mucha confusión. En el tema de migración, por ejemplo, a cada rato nos dicen ‘nuestros paisanos migrantes’ y la mayoría de nosotros no somos migrantes, no cruzamos la frontera, la frontera nos cruzó a nosotros. Gran parte de la población somos residentes legales: nacimos, crecimos, nos educamos y vivimos en Estados Unidos”.
De ahí la importancia de conocernos mejor, a decir del investigador: estas nuevas realidades son muy importantes para México. “Creo que se debería de buscar, entender y difundir estas nuevas realidades, sobre todo porque en pleno siglo XXI es una relación que no se toma en cuenta ni en el plano académico”.
David Maciel lleva más de 30 años de enseñar sobre el tema: es chicano, descendiente de primera generación de padres mexicanos. “Nací, me eduqué, me crie en Estados Unidos, allá radico y enseño, y mi generación fue la primera que salió de las universidades para introducir cursos sobre lo que llamamos el México de afuera: nuestra identidad está forjada por ambos países, somos la fusión de estas culturas”.
PCL