La llegada de El cascanueces a diversos escenarios de Ciudad de México anuncia que la temporada navideña está presente; la esperanza, la ilusión y la fe son elementos característicos de la época, los cuales son representados desde hace 18 años en el Auditorio Nacional.
Del 18 al 23 de diciembre el recinto capitalino recibirá la historia del juguete que cobra vida en una noche de Navidad. En El cascanueces, que presenta su edición número 18, participarán más de 140 artistas en escena, entre bailarines de la Compañía Nacional de Danza (CND) y músicos de la Orquesta de Teatro de Bellas Artes (OTB), agrupación que será dirigida por el joven guanajuatense Iván López Reynoso.
“Soy un gran admirador de la Compañía Nacional de Danza y cada vez que estoy en Ciudad de México asisto a sus presentaciones. Recientemente asistí para ver Giselle y Romeo y Julieta, por lo que me entusiasma colaborar con la agrupación en una de sus temporadas más esperadas. La partitura de El Cascanueces, de Chaikovski, es una de las más hermosas que se han escrito, es sublime, de una textura cristalina, divertida y original”, declaró López Reynoso en un comunicado.
En el espectáculo, que será representado en ocho funciones, participarán los primeros bailarines de la CND, Blanca Ríos y Argenis Montalvo, así como estudiantes de la Academia de la Danza Mexicana y de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), lo cual les dará visibilidad y preparación a los 70 niños que formarán parte de la puesta.
“Este tipo de espectáculos permite no solo promover la tradición cultural sino el crecimiento de las personas como seres humanos; nos da esperanza y fe de lo que implicaría poder defender lo que uno cree y trasladarse a un mundo mágico, que tiene que ver con la ilusión del día al día”, dijo David Bear, director ejecutivo de la CND.
La bailarina Blanca Ríos, quien desde pequeña ha formado parte de El cascanueces, sabe lo importante que ha sido ese ballet porque “me abrió las puertas a la Compañía Nacional de Danza y me ha dado muchos personajes por interpretar”. Desde que era niña y formaba parte de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, recuerda, hizo el personaje del ratón, hasta llegar a El Hada del Azúcar, “que interpretaré en esta ocasión: un personaje complicado técnicamente porque tiene los pasos más difíciles del ballet clásico, donde el reto es lograr llegar al corazón de cada persona”.
Semillero de talento
Argenis Montalvo concuerda con Ríos sobre lo importante que es esta obra para la formación de los futuros bailarines, donde en esta ocasión se contará con la participación de 70 niños. “En esta puesta los niños pueden hacer sus primeros personajes importantes”, agregó Bear, además de explicar que para la selección de los papeles representados, Elisa Carrillo y Cuauhtémoc Nájera, directores artísticos de la CND, fueron los encargados en estudiarlos y elegirlos.
El director ejecutivo de la CND señaló la importancia de mantener el espíritu de la Navidad y proyectar el trabajo de los artistas en un México “tan convulsionado”, y que “un espectáculo nos permita tener la belleza, la esperanza y la fe de un país mejor, pues toda actividad artística permitirá conectar con el interior del ser humano y entender al otro; considero que promover este tipo de espectáculos permite no solo promover la tradición cultural sino el crecimiento de las personas como seres humanos. Nos da esperanza y fe de lo que implicaría poder defender lo que uno cree”.
El cascanueces, que fue visto en 2017 por 110 mil personas, ofrecerá funciones el miércoles 18 y jueves 19 de diciembre a las 20 horas, viernes 20 y sábado 21 a las 17 y 20:30 horas, el domingo 22 a las 17 horas y el lunes 23 a las 20:30 horas.
La historia
La historia se basa en el cuento El cascanueces y el rey de los ratones, escrito en 1816 por Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, posteriormente adaptado por Alejandro Dumas y musicalizado por Piotr Ilich Chaikovski.
RepresentacionesSu estreno en México fue en el Palacio de Bellas Artes el 2 de diciembre de 1980 y, a partir de 2001 su representación es en el escenario del Auditorio Nacional.