Conmemoran en PVC “50 años de memoria y rebeldía”

La académica Oralia Esparza y el pintor Tomás Ledesma Fuentes, compartieron su reflexión sobre el movimiento Estudiantil de 1968, a medio siglo de los hechos.

La académica y el pintor compartieron su reflexión en torno a la conmemoración de los primeros 50 años del Movimiento Estudiantil del 68. (Luis López)
Luis Alberto López García
Torreón, Coahuila /

La académica Oralia Esparza y el pintor Tomás Ledesma Fuentes, compartieron su experiencia y reflexión en torno a la conmemoración de los primeros 50 años del Movimiento Estudiantil de 1968. 

La actividad “50 años de memoria y rebeldía” se realizó en la Preparatoria Venustiano Carranza (PVC) en Torreón, este lunes por la mañana. 

“La deuda que tenemos con los estudiantes es no responderles en la misma dimensión crítica con ellos y si bien lo hicimos votando masivamente por una esperanza, no tenemos la formación cívica necesaria para responder porque de todas maneras te atropellan”, expresó Esparza. 

Indicó que el movimiento estudiantil permitió a los mexicanos avanzar en cuanto a la libertad de expresión y eso pocas veces es valorado.

“Gracias al 68 tenemos más libertad y por eso quitaron de la Constitución el artículo de disolución social”. 

Sin embargo comentó que en la actualidad aún ocurren actos de represión de parte de los diferentes órganos de gobierno contra quienes realizan su legítimo derecho a la protesta, como en el caso del desalojo de maestros que cometieron las autoridades estatales del Congreso de Coahuila. 

Por su lado Tomás Ledesma, quien cursaba la Licenciatura en Pintura de la Escuela Nacional de Artes Plásticas Academia de San Carlos de la UNAM hace 50 años, narró cómo vivió este movimiento estudiantil y su participación en la elaboración de carteles de protesta de la época. 

También mostró los dos carteles que realizó y que en 1972 fueron parte de la selección del Prop Art. 

Uno de ellos simboliza la unión entre las diferentes instituciones educativas en torno a las protestas y otro el dolor de las madres que perdieron un hijo durante la represión ocurrida en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968.

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