Con más de medio siglo en la música, con experiencias que van de tocar música latina con Mongo Santamaría y Willie Bobo, a sumergirse en el jazz de vanguardia con Anthony Braxton y otros en el proyecto Circle, pasando por sus estancias en la música de fusión, el jazz straigh ahead, la música clásica, contemporánea y hasta las canciones para niños, Chick Corea ha sido un serio cultivador del arte del dueto.
En sus discos en este formato figuran el vibrafonista Gary Burton –su colaborador más constante–, los pianistas Herbie Hancock, Hiromi, Stefano Bollani, Nicolas Economou y Friedrich Gulda, el cantante Bobby McFerrin y el flautista Steve Kujala (a ello habría que agregar sus duetos en concierto).
A la nómina se sumó, ya hace algunos años, Béla Fleck, maestro del banjo, que del bluegrass y la música de fusión con el grupo The Flecktones, en su carrera solista ha incursionado en el jazz, la música africana y la de concierto. Además de grabar dos discos han realizado diversas giras.
En una entrevista reciente para la NPR (la radio pública estadunidense), Corea dijo que el instrumento y la forma de tocar de Fleck lo provoca artisticamente, "destapa para mí muchas ideas de cómo integrar mis frases. Siempre pienso en acompañar. Así que ese es mi placer en el dueto. es ver cómo puedo hacer para que el banjo suene bien".
No se trata, agregó, de una competencia, sino que "es como un juego amistoso de ping pong que se mueve muy rápido". A lo que Fleck dijo: "nunca he sentido que sea como una competencia, porque una vez que este espíritu aparece, la música cambia. Si estás atacando desde ese punto de vista, yo lo consideraría un impedimento para que ocurrieran las mejores cosas".
El concierto, o tal debiéramos decir la charla musical entre ambos músicos, inició con Children Song Number Six, con ecos de su época de Return to Forever y el influjo de la música de concierto en sus grabaciones para ECM.
Lo que siguió fue una serie de diálogos instrumentales no dirigidos por Corea, puesto que la participación de ambos es equitativa en este proyecto, pero, obviamente, trazados por su sentido arquitectónico de la música, confiado en contar con un desafiante compañero de aventuras.
"Nunca puedes tener demasiado de Monk", advirtió Corea para lanzarse con una sabrosa versión de Bemsha Swing, para luego irse muy atrás a una composición de Domenico Scarlatti y un saludo al barroco. En esta pieza, como en otras, se puso de manifiesto el gusto de Corea por la música española, habida cuenta de que Scarlatti vivió en España y desarrolló parte de su obra ahí.
De las frescas e intricadas armonías de Trickle, Trickle de Monk, el dueto pasó diversos ambientes, desde el estreno de algunas piezas hasta la inevitable Spain, y su introducción con un saludo al concierto Aranjuez de Joaquín Rodrigo, himno de batalla que sus coreanos seguidores de Chick esperaban con fervor para pararse de sus asientos.
RL