Para ellos el cosplay no se reduce a ponerse un disfraz, va mucho más allá; implica, a través de vestuarios, accesorios y maquillaje, empatar por unas horas su aspecto y mente con el de un personaje ficticio, pero no por ello falto de cualidades o historias asombrosas.
Death Note, Alicia en el país de las maravillas, Naruto, League of Legends, Danganronpa y Attack on Titan son mitologías que los atrapan y de las que pueden formar parte – ya sea en la intimidad de sus cuartos o en concurridas convenciones – a través esta actividad que cada vez suma más adeptos en México, aunque también enfrenta varios prejuicios.
Por el Día del orgullo friki, los cosplayers Aidy, Howl, Minato Sama y Giselle Fitch revelan a MILENIO sus personajes favoritos, cuánto dinero gastan en sus trajes, cómo perciben el panorama actual y su postura ante la sexualización de dicha actividad.
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Aidy: “Mucho más que un hobby, puede llegar a ser un trabajo”
Aidy Cosplay recuerda la primera vez que se caracterizó como uno de sus personajes favoritos: Misa Amane, de Death Note. En ese entonces tenía 13 años y mucha ilusión de mostrarse en público durante una convención en su estado natal, Toluca. El resultado fue mejor de lo que pensaba: “Pese a que mi cosplay aún no era del todo elaborado, me puso muy feliz la reacción de las personas que me pedían fotitos y les gustaba”.
Tras esto, la joven siguió interpretando personajes que “por lo regular tienen desarrollo, que nunca se rinden y siempre luchan por lo que quieren”; una constancia que actualmente, a sus 27 años, ha rendido buenos frutos, pues además de tener un destacado número de seguidores en redes como Facebook (12 mil 857) y TikTok (79 mil), suele participar en las convenciones más populares del país como La Mole, Star Con y Mundo Magyc.
“Siento que es una parte muy importante para mí ya que desde los 3 años me gustaba caracterizarme y el poder hacerlo ahora en un evento me hace demasiado feliz. La gente que me sigue en este sueño me motiva a esforzarme cada día, quiero mejorar para poder llegar a diferentes estados y conocer a cada uno de ellos, y, si me es posible, llegar a ser invitada internacional”, dice la también estudiante de Contabilidad Pública.
Sobre el dinero que destina a esta actividad, cuenta que si le pide un traje a un cosmaker (personas que elaboran cosplay), puede costarle desde 850 hasta 2 mil 300 pesos. “Las pelucas están alrededor de 300 a 850 pesos, depende de la complejidad del cosplay y también si éste lleva accesorios; si tengo el tiempo y estos no son complicados, intento elaborarlos yo”.
“Si no compro con un cosmaker y lo pido por internet (en páginas como UWOWO y Miccostumes), ronda entre los mil 200 y 6 mil pesos. También hay que tomar en cuenta el maquillaje y los pupilentes, que están desde 200 pesos (pupilentes de color, 14mm ) hasta 2 mil 500 pesos (scleras que cubren todo tu ojo, 22mm)”, agrega.
Aidy señala que su enfoque dentro del cosplay abarca las siguientes categorías: Clásico – “donde una persona se caracteriza de forma literal de un personaje” –, Gender bender – “es mantener la esencia del personaje mientras se juega con la modificación de vestuario, peinado y lo que sea necesario para que se adecué al cambio de género” – y Crossplay – “en esta rama una persona se dedica a representar un personaje del género contrario” –.
La cosplayer afirma que en la actualidad caracterizarse “se ha convertido en mucho más que un hobby, ahora es una práctica muy extendida y puede llegar a ser un trabajo”.
Por último, Aidy da su opinión respecto a la sexualización de esta actividad: “Siento que todos son libres de realizar el tipo de cosplay que más le guste, para todo hay gustos, mientras a ti te haga feliz y no afectes a nadie creo que no hay problema alguno. Hay que respetar a cada uno de los cosplayer que elabora contenido ya que es tener mucha disciplina y enfoque”.
Redes de Aidy Cosplay
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Instagram: www.instagram.com/aidycosplay
Howl: “Es un escape, me ayuda a separarme de las cosas que me preocupan”
Los videojuegos y el anime llevaron a Leo Casillas al mundo del cosplay, aunque su primera impresión de esta actividad fue de confusión: “Me pareció un hobby muy extraño y no sentí particular interés en él”.
Pero pronto le agarró el gusto a la caracterización, al grado que a principios de 2021 se metió en el papel de Mukuro Ikusaba, del videojuego Danganronpa. “Lo hice porque recién me había pintado el pelo. La verdad me sentí muy orgulloso de cómo me quedó, pero viéndolo en retrospectiva me quedó horrible… He avanzado mucho como cosplayer”, externa.
Mikan Tsumiki, Mukuro Ikusaba y Tsumugi Shirogane, de Danganronpa; Glamrock Chica, de Five nights at Freddy's; y Natsuki, de Doki doki literature club!, son personajes a los que este joven de 16 años suele dar vida bajo el mote de Howl, “mi personaje favorito del Castillo Vagabundo”.
“Usualmente improvisó los vestuarios con ropa normal a la que le hago ajustes y voy comprando accesorios. El precio de mis cosplays varía mucho, pero usualmente lo más caro es la peluca”, dice sobre sus caracterizaciones, para las que cuenta con el respaldo de su familia. “Me han ayudado a comprar ciertos elementos y me han acompañado a convenciones y cosas así”, agrega.
Howl cree que el cosplay en México “va en camino para profesionalizarse” a pesar de que hay muchos estigmas y desinformación sobre los cosplayers, algo que a él le ha tocado sufrir: “Asunciones sobre el tipo de persona que soy o el contenido que hago en cosplay”.
Pero ante las dificultades, el creativo no planea rendirse, al contrario, pretende crecer en esta actividad que le resulta “un escape, me ayuda a separarme un poco de quién soy y de las cosas que me preocupan".
"Es todo el ritual de sentarme, maquillarme e irme convirtiendo en alguien más por unos segundos. Me hace sentir bien, tanto que vale la pena continuar aún con las críticas”, concluye.
Redes de Howl
TikTok: www.tiktok.com/@meooowzer
Minato Sama: “Para el cosplay no importa la edad, raza, fisonomía u orientación sexual”
El comienzo de Luis Arturo dentro del cosplay fue difícil, pues en ese entonces (hace 12 años) esta actividad era desdeñada y ridiculizada en México, por eso el también llamado Minato Sama se encontró “con personas que se burlaban, me llamaban ridículo o inmaduro. Incluso hubo personas que cuestionaron mi sexualidad como si eso fuera algo malo”.
Afortunadamente la expansión del anime y la profesionalización de las convenciones lograron que en la actualidad la actividad de caracterizarse como un personaje tenga mayor aceptación en la sociedad mexicana, afirma el creativo.
¿Pero cómo nació el gusto de Minato por el cosplay? Para responder, recuerda la primera convención a la que asistió: “Fue una locura ver a tanta gente disfrazada era algo que nunca había visto. La experiencia fue muy agradable y gratificante. Recuerdo que le dije a mis amigos: ‘La próxima vez que vengamos voy a venir disfrazado’. Ellos lo tomaron con humor, porque yo siempre he sido muy introvertido y hacer cosplay exige mucha interacción con otras personas, pero eso no me importó, estaba decidido”. Y cumplió su palabra.
En su amplia trayectoria, el creativo ha realizado entre 40 y 50 cosplays, pero revela que sus personajes favoritos, y por ende los más recurrentes, son los que implican un alto grado de caracterización, así como el uso de prostéticos y maquillaje, por ejemplo: El sombrerero loco, de Alicia en el país de las maravillas; Pennywise, de la película It; y Whis, de Dragon Ball Super.
“He gastado desde 2 mil 500 pesos en un traje hasta 10 mil, ya con peluca y pupilentes. Hay algunas cosas que yo hago, pero casi todo lo que son props y armaduras me las hace un amigo que se llama Archer Balleza. Algunos trajes me los ha hecho Claudia Cachorris, ella también le ha hecho cosplays a muchos profesionales. Y las pelucas más elaboradas me las hace Eric Cárdenas, que se dedica a todo el trabajo del wigmaker (fabricante de pelucas)”, cuenta.
Luis, que trabaja en un club de golf, cree que el país goza de “muchísimo prestigio" dentro del cosplay, pues exponentes nacionales han ganado la World Cosplay Summit, máxima competencia de esta actividad a nivel mundial.
Aunque para él lo vital del cosplay, más allá del reconocimiento que puede obtener, es el desarrollo personal: “Me ha ayudado muchísimo a ser más abierto y sociable, he conocido una cantidad enorme de personas súper talentosas, además de que el cosplay me ha llevado a conocer muchísimos lugares”.
“Todo empezó como un juego y se ha vuelto parte fundamental de mi vida. Si algo he aprendido a lo largo de estos años es que para el cosplay no importa la edad, raza, fisonomía u orientación sexual; mientras te diviertas y lo hagas con el corazón, lo demás no importa”.
Redes sociales de Minato Sama
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Giselle Fitch: “La sexualización es una interpretación que a algunos cosplayers les gusta proyectar”
Giselle Fitch Gizeru ve al cosplay como “una manera de expresarme, de darles vida a mis personajes favoritos y compartir mi pasión por ellos con la gente que me rodea”, además de que esta actividad también le ha brindado oportunidades laborales.
“He tenido la oportunidad de ser contratada para ir a varios eventos en México como premieres, convenciones, eventos de eSports, televisión y entrevistas. Así que el cosplay profesional es una actividad que está poco a poco siendo más conocida”, comenta.
Su enfoque, que implica constancia, innovación y disciplina, le valió a la creativa el primer lugar del concurso Leyendas del Cosplay de League of Legends en 2019.
Por eso dice que las competencias son su ámbito predilecto y detalla que ahí “te califican la elaboración y todo lo qué haces para poder realizar tu cosplay”, aunque “también he comprado y mandado a hacer algunos con una modista, que son más sencillos y no son para concursar”.
El primer personaje que la también coreógrafa y streamer interpretó en una convención fue Sasuke Uchiha, del anime de Naruto, gracias a un traje improvisado con la ayuda de su abuelita: “Recuerdo que le dije que me cosiera el signo Uchiha atrás de una playera negra que tenía, utilicé ropa negra que encontré por ahí en mi closet e hice los accesorios con fieltro y cartón”.
Con el tiempo, Giselle ha afinado sus caracterizaciones, sobre todo la de Jinx, “mi personaje favorito del mundo mundial”, que le ha dado mucho reconocimiento y oportunidades, “por eso le tengo tanto cariño a ese personaje”.
Otra fortaleza, señala, es la forma en que se proyecta ante los demás, priorizando la calidad en lo que hace y una actitud de respeto.
“Con el cosplay puedes hacer la interpretación y representar a algún personaje como tú quieras, ya sea cambiando el género, haciéndolo más sexy o dándole un toque original. Así que la sexualización es una interpretación que a algunos cosplayers les gusta proyectar. Creo que toda interpretación tiene que tener su espacio, siempre y cuando se exprese con respeto y en su momento y lugar adecuados”, concluye.
Redes de Giselle Fitch 'Gizeru'
Instagram: www.instagram.com/gisellefitchTwitch: www.twitch.tv/gisellefitch
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