A Erich Fromm cuando analizó el concepto de la esperanza, le pareció que la mayor parte de la gente no reconoce sentir miedo, fastidio, desesperanza o soledad pues el patrón social supone que el hombre de éxito no tiene sentimientos y por tal no debe decirse aburrido, solo o deprimido. Por tal debe anular cualquier signo de miedo o duda; de aburrimiento y esperanza. Y aunque el psicólogo agudizó la mirada al reconocer que las palabras son insuficientes para describir una experiencia, apuntó que la poesía, la música y otras formas del arte resultan los medios adecuados para describir la experiencia humana cuando se habla del amor, del odio o de la esperanza.
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¿Qué está escribiendo en este momento? ¿La pandemia ha abierto la página para poder realizar un discurso en torno a ella?
Explícitamente quizá yo en lo que estoy trabajando ahora, quizá no menciono el hecho actual, histórico de la pandemia, quizá no, pero si yo soy auténtico en relación con mi tiempo y con la vida humana mía y la que está entorno a mí, tengo que respirar esas mismas circunstancias y necesidades y de alguna manera tiene que aparecer ese antecedente. Creo que esto sí se produce aunque yo no haya mencionado en el último año con sus letras la pandemia llamada covid, a la cual yo queriendo poner un poco de… no sé, quitarle aspereza a la imagen, trato de echarle humor o ironía y le digo El bicho coronado.
Don Antonio, usted no necesita más reconocimiento, es un hombre público muy conocido y apreciado por su trabajo pero ¿qué le representa el premio que le otorga el gobierno del estado de Coahuila por trayectoria, el Premio Manuel Acuña?
El reconocimiento que yo pueda tener y que naturalmente me interesa, cómo no, en general en nuestra lengua y en otras lenguas, tiene su importancia, ya le digo que sí y así es para mí, pero eso no quiere decir que yo dé por agotado el reconocimiento; si mi poesía puede ofrecer algo a seres humanos de mi lengua sobre todo, en mi lengua, cuanto más sea conocida yo estaré más conforme, entonces, estoy agradecido con pocas palabras. El Premio Manuel Acuña es una forma emocionante para mí de crecimiento de mi oferta poética a la historia de la cultura y de la sensibilidad, es muy importante para mí y lo agradezco por eso. Lo agradezco muchísimo y vaya, además por felicidad en mi propia lengua, en la lengua española y esa importancia se multiplica.
¿Tendremos la oportunidad de conversar con usted presencialmente? En agosto está programado, si la contingencia sanitaria lo permite, entregar el premio. ¿Vendría a México?
Espero que las circunstancias mundiales permitan ese movimiento y esa cercanía, estaré muy contento a pesar de mis muchos años de acercarme a ustedes, deseo que así sea, a ver si tenemos suerte.
¿ Algo más que quiera comentarnos?
Sí, creo que sí. Creo que puedo decirle algo y es que yo, Antonio Gamoneda, simple poeta español, quiero pedir a quienes leen y se acerquen a la poesía, no sólo a la mía, naturalmente que no, a todas las formas de poesía, que no se acerquen como quien se aproxima únicamente a un hecho diríamos decorativo que proporciona algún placer, la percepción de su organización hermosa, no. Que traten de darse cuenta de que la poesía supone, o al menos puede ejercer, una intensificación de la conciencia, la conciencia como seres humanos y como seres históricos concretamente.
Eso me recuerda que cada vez que vuelvo a la poesía lo hago como una necesidad, sea para encontrar una respuesta o acallar lo que grita la conciencia. La poesía es un recurso.
Eso es. Póngalo en su segundo orden, que no tiene otro, ese aspecto que le digo decorativo para conmocionarnos con la intensidad de la palabra poética precisamente por razones de necesidad, de conveniencia, de poner luz en nuestro pensamiento o de proporcionar luz a otros pensamientos. Creo que lo dijiste muy bien. Si no hay una identificación de la vida con la poesía pues la poesía no tiene importancia.
CALE