Crónicas de guerra reivindica a las periodistas

La obra, que muestra la vida de Martha Gellhorn, se presentará en dos únicas funciones este sábado 8 de julio en el Foro Shakespeare.

Foto: Prensa
José Juan de Ávila
Ciudad de México /

La dramaturga Diana Benítez se encontró con la obra periodística de Martha Gellhorn (1908-1998) e investigó la vida de esta corresponsal de guerra estadunidense. Así concluyó que la relación más fuerte que tuvo no fue Ernest Hemingway sino justo el periodismo, en especial en las guerras.

“Martha Gellhorn tuvo una relación de reciprocidad con el periodismo: ella le aportó mucho al periodismo y este a ella. El periodismo se convirtió en su vida antes que sus relaciones personales”, dice la autora de la obra Crónicas de guerra, escrita en honor a la pionera del periodismo en conflictos bélicos.
“Cuando se separa de Hemingway, ella siguió trabajando, le pasaron muchísimas cosas en la vida, pero al final su inteligencia, valor y constancia la movían y eso le dio siempre estabilidad”, agrega Benítez, quien asegura que la periodista sí estuvo en el desembarco en Normandía pero nadie se lo reconoció; en cambio, el autor de El viejo y el mar no estuvo en el Día D y se le da todo el mérito.

Tras una temporada en junio Crónicas de guerra en un cuarto de hotel vuelve al Foro Shakespeare para dos únicas funciones este sábado 8 de julio, a las 18:00 y 20:00 horas, dentro del ciclo Historias de Motel para Dramaturgias de Paso, dirigida por Alejandra Trigueros.

“Como pionera, Gellhorn aportó al periodismo valor y aventura por conocer la verdad. Hay un momento en que cito cómo ella está decepcionada de todo, dudando que la verdad ayude realmente a cambiar el mundo, porque ella estuvo todo el tiempo buscando la verdad”, agrega la dramaturga.

“Martha fue muy crítica del gobierno de Estados Unidos y estuvo siempre en busca de la verdad. Las relaciones personales que tuvo las fue dejando, al final su relación más fuerte fue con el periodismo de guerra”.

Benítez ambientó su pieza de 90 minutos en un hotel, al darse cuenta que, como corresponsal de las múltiples guerras en que trabajó en sus 90 años de vida, Gellhorn pasó la mayor parte en estos lugares.

Rompiendo paradigmas

La autora marca distancia entre su Crónicas de guerra en un cuarto de hotel y la película de Philip Kaufman Hemingway & Gellhorn (2012), protagonizada por Clive Owen y Nicole Kidman.

“La película está muy centrada en la relación entre Gellhorn y Hemingway. Mi obra es de corte teatro documental, abarca mucho más en el sentido de qué hubo más en la vida de Martha después de Hemingway, qué le sucedió, a cuántas guerras fue, qué vio. Martha Gellhorn fue un personaje súper fuerte y súper importante, una mujer muy intensa, poco conocida en esta época”.
Crónicas de guerra | Prensa

Benítez dice que la relación con Hemingway sólo es un elemento en su obra. “Y es que siempre la relacionan con él, con quien apenas estuvo dos años y medio, como si su trabajo propio no valiera”.

“Yo me puse a leer los artículos que ella envió a la revista Collier, recopilados en un libro, que van desde la guerra civil española hasta la guerra de Vietnam, desde la Alemania de la postguerra hasta la China de Mao, e incluso la guerra civil en El Salvador cuando ella tiene casi 80 años”, relata sobre la investigación para su pieza.

Sobre la puesta en escena de Trigueros, la dramaturga dice que aunque siempre es un hotel, no siempre es el mismo ni en el mismo lugar en el tiempo y en el espacio mientras el personaje reflexiona.

“El teatro nos abre la posibilidad de jugar, y el público también juega con nosotros a la ficción de que el escenario es un hotel en China o en Inglaterra. Con juegos escénicos de iluminación, de cambios en el cuarto de hotel, se va dando la idea de que se avanza en el tiempo”, explica Benítez.

Así, la obra se desarrolla en una habitación de hotel siempre distinta, siempre en otra parte del mundo, lejos de casa y lejos de la paz, pero al mismo tiempo, se convierte en un refugio, en un lugar en donde se gestan las historias de una de las corresponsales más importantes del siglo XX, que cuenta en esta producción con una máquina de escribir y una maleta como únicas propiedades.

Una misma historia contada desde distintas habitaciones de hotel situadas en varias geografías, que hacen a veces de refugio individual o comunitario, a veces de escenario que alberga una pasión, en medio de la guerra, con uno de los escritores más importantes de su tiempo: Ernest Hemingway, a quien la protagonista conoce en un bar de Miami y ambos quedan lo suficientemente impresionados para luego, irse encontrando alrededor del mundo. Sin importar en qué lugar se encuentren, cada habitación es un espacio íntimo desde donde se entiende el entorno global y se vive intensamente.

“En un momento histórico donde las mujeres están rompiendo paradigmas, esta obra se inspira en aquellas que se atrevieron a ser las primeras, particularmente en Martha Gellhorn, a propósito de un tema que no ha dejado de estar vigente en las últimas décadas: la guerra. Crónicas de guerra destaca el valor de Gellhorn y otras mujeres que se arriesgaron sin importar lo que el mundo tuviera que decir de ellas, con el fin de luchar por sus ideales y ser fieles a sus principios”, dice Benítez, quien fue alumna de Vicente Leñero y es egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Y, además

Frida Orozco interpreta a la periodista, autora de El rostro de la guerra (1959) y Cinco viajes al infierno: aventuras conmigo y ese otro (1978). También actúan Sebastián de Oteyza, como Hemingway, y Frine Obregón, como Virginia; ambos también dan vida a otros personajes. 

DAG


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