El origen de las palabras huachicol y huachicolero

Lenguaje

Es una de las afrentas prioritarias del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero ¿cuál es la etimología de la palabra y cómo obtuvo su uso actual?

El uso de la palabra huachichol es mucho más antiguo que su definición actual. (Shutterstock)
Ángel Soto
Ciudad de México /

La palabra huachicol —y, en consecuencia, huachicoleo y sus derivados— es más vieja que el acto con que se le relaciona actualmente. Su uso hoy designa inequívocamente al combustible robado de las redes de suministro, mientras que el término huachicolero se aplica a quienes ejecutan el hurto.

Su origen está relacionado con la palabra guacho —derivada del maya waach—, que, según el Diccionario de Mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), tiene la acepción de ladrón, aunque también es el apodo que se aplica a los forasteros.

El Diccionario del Español de México recoge el vocablo con la grafía cuachicol, que nombra a una “especie de pértiga que lleva en un extremo una canastilla, utilizada para bajar fruta, como manzanas, peras, guayabas, del árbol”. Por extensión, un cuachicolero es aquella persona que se dedica a recoger frutos con este instrumento.

Pero hay otra acepción, recogida por la AML y la Academia Mexicana del Tequila, en su Glosario, según el cual huachicol es una bebida destilada adulterada con alcohol, principalmente de caña.

Con esa definición coincide Luis Alberto Salmerón, académico y columnista de El Informador. En un texto publicado en mayo de 2017, el autor escribe: 

"Los huachicoleros se convirtieron en huachileros, dejaron la elaboración de bebidas y se transformaron en perforadores de ductos y distribuidores de artículos ilegales. El valor de las ventas se ha multiplicado y las zonas en donde operan se han extendido por amplias regiones del país, desde las zonas petroleras hasta las regiones industriales a donde conducen los ductos petroleros. Los parroquianos ya no son los clientes sino los consumidores de combustibles y las redes de los mercados populares".

Como sucede con otros fenómenos lingüísticos, resulta complicado rastrear el momento en que la semántica de la palabra se trastocó, pero se antoja que la definición que hoy está en boca de todos sea el resultado de una mezcla por uso entre las distintas acepciones recogidas por los especialistas.

​ASS​

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