Hablar de la celebración de Día de Muertos es hablar de magia, misticismo y personajes que a lo largo de la historia han impregnado color a los primeros días de noviembre, tal es el caso de la catrina y del catrín.
Figuras sumamente reconocidas dentro y fuera de México, el catrín es una de las figuras más especiales dentro del Día de Muertos en nuestro país. El catrín acompaña a la catrina, elegante y luciendo los mejores pasos de baile, celebrando a la vida y a la muerte.
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Origen del Catrín
Detrás de este curioso personaje hay una historia, una palabra que nació durante la época del Porfiriato; Se refiere a los hombres que tenían cierto abolengo y nivel socioeconómico, lo que era notable en las costosas prendas de vestir que llevaban, imitando a la alta alcurnia de Europa.
A estos personajes les gustaba presumir su alta posición social durante una época que se distinguió por una gran brecha social entre la clase rica y los más vulnerables y pobres; un mundo en donde se despreciaba lo originario y tradicional.
Los catrines solían pasear por las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México luciendo su clásica vestimenta que constaba de un traje con pantalón a rayas, un bastón y su bombín.
El catrín fue tan popular que formó parte del famoso juego de lotería, juego de azar que consta de un mazo de 54 cartas y cada una de ellas representa varios ámbitos de la cultura popular mexicana.
Primera aparición de los catrines
Años antes del Porfiriato, aparecieron las primeras calaveritas literarias que se caracterizaban por textos parodiando a la clase adinerada del país. Las caricaturas comenzaron a incluirlas en los diarios llamados de Resistencia; ahí dibujaron calacas que pueden considerarse los antecesores de los catrines.
Fue hasta en 1912 que José Guadalupe Posada creó “La Calavera Garbancera”, aquella primera figura solo cantaba con un sobrero. El resto de los elementos del atuendo fue algo que se agregó años después.
Fue llamada así haciendo burla a las personas que vendían garbanzos en el país. Según la Secretaria de Bienestar, esta gente, a pesar de contar con sangre indígena, buscaba dejar sus orígenes atrás con el fin de pretender ser vistos como europeos al vender esta semilla.
DAG