Uno de los juegos que ha puesto a prueba a miles de mentes del mundo es el Cubo Rubik. La transcendencia de este rompecabezas mecánico tridimensional es sorprendente, ya que actualmente personas continúan impresionando al resolverlo mientras hacen ejercicio o lo arman con sus pies en un tiempo récord. Sin embargo, su creación se debió a una casualidad.
Hace más de 45 años, el joven arquitecto y escultor húngaro, Erno Rubik buscaba la manera de hacer que sus alumnos universitarios entendieran algunos conceptos geométricos. Al final, con unas piezas de madera y unas gomas elásticas le dio forma a un cubo, que cada una de sus seis caras les otorgo un color. Además, creó un mecanismo de ejes que permitió que cada uno de ellos girara de manera independiente sin que se desarmara.
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La herramienta, que llamó Cubo Mágico, la llevó a sus alumnos para explicarles conceptos de espacio y geometría tridimensional. Sin embargo, con el paso del tiempo, el objeto dejaría de ser conocido como un instrumento de aprendizaje para convertirse en el juguete favorito de todos, que lo bautizarían con el nombre de Cubo Rubik.
Erno Rubik creó el cubo en 1974 por lo que 1976 lo patentó en Hungría. En ese momento no tenía la intención de industrializarlo, pero debido a que su padre, quien era aviador e ingeniero aeronáutico especializado en planeadores, estaba familiarizado con los trámites para patentar los inventos.
Finalmente se comercializó en Budapest en la década de los setenta, aunque no tuvo el reconocimiento que tendría después. Sin embargo, gracias a las personas que habían quedado fascinado con el Cubo Rubik fue llevado a diferentes partes de Hungría. Hasta que llegó a las manos de un hombre de origen magiar, Tibor Laczi, quien lo vio y decidió llevarlo a la Feria del Juguete de Nuremberg de 1979, y fue ahí donde se asoció con la compañía estadunidense Ideal Toy para su fabricación a gran escala y llegará a Estados Unidos y a todo el mundo.
Los inicios de la década de los ochenta quedaron marcados con la aparición del Cubo Rubik, que con su dificultad y desafió para resolverlo llamó la atención de muchos. Debido a que no había tutoriales para lograr que las filas de cuadros quedaran del mismo color, el cubo logró romper varios récords y se convirtió en uno de los juguetes con más libros publicados sobre él.
Por otro lado, su creador Erno Rubik prefiere no dar demasiadas entrevistas ni conferencias ya que quiere que el Cubo Rubik hable por él.
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