En cuanto empieza la entrevista, la escritora española Rosa Montero (Madrid, 1951) niega que La desconocida sea su regreso a la novela negra como se ha dicho, pues ella detesta las clasificaciones.
“No es exactamente un regreso en el sentido de que es la primera novela verdaderamente de género que he hecho. A mí no me gustan los géneros, los detesto, de hecho, creo que a estas alturas del siglo XXI, nuestras madres y padres literarios se esforzaron, se rompieron las manos, para quitar las convenciones de la escritura y nos han hecho escritores mucho más libres. Nunca hubiera hecho una novela de género si no llega a ser porque me lo propone el Festival Quais du Polar”.
La desconocida (Alfaguara) es una novela sui generis porque fue un encargo del mencionado festival, dedicado a la novela negra, y se escribió en tres meses y una semana bajo varias reglas: tenía que ser una novela corta (ocho capítulos) y escrita a “cuatro manos” junto al periodista francés Olivier Truc.
“Una de mis madres literarias es Patricia Highsmith, para mí es Dostoievski. De lo que ella habla es del mal de la existencia humana y de la negrura de nuestros corazones. Lo que me gusta es gente que transgrede los géneros y la novela puramente de género no me gusta como lectora ni como escritora”, agrega la autora desde Madrid.
Aun así, Montero reconoce que ha echado mano de los recursos literarios de la novela negra en algunos de sus libros.
“Los he usado en mis novelas generalistas, como La buena suerte, y en las tres de Bruna Husky, que son thrillers pero además son de ciencia ficción y existencialistas, porque lo más importante de esas novelas, creo yo, es la obsesión de Bruna por la muerte, pero me gusta romper las fronteras”.
Sin egos
La desconocida arranca en Barcelona, cuando un guardia encuentra en un contenedor a una mujer en posición fetal que no recuerda nada. Ahí entrarán en escena la inspectora Anna Ripoll (creada por Montero), es experta en trata de mujeres; de Francia llega el inspector Erik Zapori, personaje de Truc.
“Como decía Oscar Wilde: ‘lo puedo resistir todo, menos la tentación’. Entonces me tentaron con este juego que me pareció, de repente, gracioso: tener que hacer una novela a cuatro manos, algo que no se me había ocurrido en mi vida”, cuenta.
Montero aceptó cuando le dijeron que sería con Olivier Truc (ganador del premio Quais du Polar de novela negra), que conoce hace más de 10 años y con quien comparte editorial en Francia.
“Siempre me ha caído muy bien y pensé que sería un viaje bueno y así ha sido. Imagínate, meterte a hacer esto con un autor o autora que no conozcas y que luego sea un egocéntrico o una egocéntrica. Con Olivier ha sido una maravilla, nos hemos entendido fenomenal, ha sido divertidísimo y apasionante”.
La escritora revela que “el huevecillo” de la historia es de ella porque es un tema que traía en la cabeza.
“Una mujer que ha perdido momentáneamente la memoria, no sabe quién es y tiene que tener un pasado muy peculiar porque hace cosas muy raras, muy especiales. Luego todo lo desarrollamos los dos. A partir de eso podíamos hacer cualquier cosa. Estaba claro que, por detrás, iba a estar un tema de trata de personas,pero le dije a Olivier: ‘la mujer desconocida puede ser una víctima o un verdugo, así que vamos a ver qué sale de aquí’. Todo lo fuimos desarrollando, poniéndonos más o menos de acuerdo en las líneas generales y sorprendiéndonos con lo que escribíamos cada uno en nuestros capítulos”.
¿Saga y película?
Truc y Montero estaban comunicados todo el tiempo vía email y, en cuanto estaban los capítulos, comenzaban a traducirse para ganar tiempo.
“Yo creo que son más largos los emails que la novela (risas), intentando acordar, mirar, proponer. Lo maravilloso de esta manera de escribir es que en los capítulos que yo escribía tuve que desarrollar sus personajes y él, en sus capítulos, tuvo que desarrollar los míos. Intentamos respetar e intuir por dónde iba cada personaje. Yo estoy de acuerdo en cómo los desarrolló él, y él, creo que está de acuerdo con lo que hice yo. Ha sido muy interesante meterse en la piel de un personaje inventado por otro, ha sido uno de los regalos que me ha dado este trabajo, muy bonito y fascinante”, asegura la autora.
“Tenemos la suerte de que no ha habido ninguna lucha de egos entre él y yo, y somos dos escritores que no hacemos nada parecido. Él es un autor de novela negra y yo una generalista, pero somos dos escritores apasionados por las historias, los personajes, y nos hemos puesto al servicio de la novela, hemos hecho ese viaje hasta el fondo para ver a dónde te lleva y salió estupendo”, comenta.
El proceso de La desconocida ha sido tan brutal y lleno de adrenalina, que ambos ya piensan en continuar con la saga de la novela.
“Nos hemos divertido tanto que estamos pensando en continuar pero ya por nuestra cuenta, que dure el proceso lo que tenga que ser y sin la presión de locos y de espacio con la que hicimos La desconocida, a lo mejor lo que sale, es un asco (risas) al no tener la presión. La escritura es una cosa mágica que no controlas. Ya veremos”.
Rosa Montero adelanta: “Te aseguro que terminamos el libro y no sabíamos lo que habíamos hecho, sin embargo, está gustando tanto que ya tenemos dos propuestas de productores para hacer una película de la novela, una de ellas es de las grandes plataformas”.
DAG