La misma emoción que un día nos engrandece en otro momento será el motivo de sentirnos disminuidos y solos. Así se describe la sensación del amor en las canciones La Puerta, escrita por Luis Demetrio, y Esclavo y amo, de José Vaca Flores, temas que fueron entregados al artista Enrique Cantú para llevarlos al discurso de un dibujo dentro de la exposición El Arte de la Canción dentro de la Colección MILENIO Arte.
“A mí me asignaron la canción Esclavo y amo, del maestro José Vaca Flores y es un bolero moruno y la canción trata del amor de un hombre por una mujer; está perdidamente enamorado de ella. Al leer la canción hice la interpretación a imágenes y vi pensé que ella podría ser un retrato, una imagen hasta cierto punto inalcanzable, darle cierta ambigüedad, tan divina como terrena, y a él en el dibujo lo pongo en un segundo plano, en un nivel menor, tanto hacia atrás como hacia abajo, aspirando a que ella lo ame, que lo esté queriendo”.
El artista dijo que la canción considera la imagen de un beso con el cual el hombre se pierde en la idea de ser esclavo y amo al mismo tiempo. Para extraer las imágenes de la canción debió escucharla varias veces porque su gusto musical es instrumental, generalmente sinfónica o jazz.
“La canción es de hace muchos años, se estrenó en 1961 y yo ya tenía ocho años y en ese momento no le ponía atención a las canciones, pero creo que sí la cantaba papá porque a él le gustaba mucho cantar. Después ya adolescente, la escuché algunas veces porque la cantaba Javier Solís y a mamá le gusta Javier Solís, pero no le ponía atención, mi prioridad era otra música.
“Ahora con este proyecto me dan dos canciones, tanto Esclavo y amo como La puerta, que ésta la escuché más recientemente porque la cantó Luis Miguel y Luis Demetrio la estrenó, es un poco más actual, se puede decir. Para hacer el trabajo nos especificaron que tenía que ser dibujo solamente con tres técnicas, carbón, lápiz, o sea grafito y tinta. Usé en Esclavo y amo utilicé solamente grafito y en La puerta utilicé solamente carboncillo”.
Enrique Cantú dijo que en la exploración de sus materiales intentó usar tinta, pero su dibujo es más suave, lo que resultó ideal, puesto que le tocaron dos canciones rudas, de desamor absoluto, con mayúsculas. Quizá sea un sentimiento que toda persona ha experimentado y por lo cual al artista no le costó trabajo ubicarse en el umbral de La puerta, aunque también tomó la referencia de una mujer de su familia para desarrollar su concepto visual.
“Empecé a hacer bocetos, elementos y el buscar cómo lo podía representar gráficamente, por eso coloqué a las figuras, a ella en primer plano como un retrato frontal, con la cara dividida y un perfil del rostro más dulce representando lo divino y lo terreno, tratando de dar algunas lecturas de gráficas que pudiera la gente percibir”.
El amor es la gran paradoja
Muchas veces ilógico, contradictorio o incluso opuesto a lo esperado, no obstante es siempre energía. Correspondido eleva el espíritu. Sin él, la vida toca el lado oscuro de la luna.
“Esta muestra a mí se me hace muy importante y muy buena para las personas que la visiten, que puedan disfrutar el dibujo en sí. Casi no hay exposiciones de dibujo, son muy escasas, algunas vienen combinadas pero ésta se concibió con dibujo en su totalidad, monocromático, era el requisito, solamente blanco y negro. Éstas son limitantes que al mismo tiempo son oportunidades de expresar distinto”, concluyó Enrique Cantú.
EGO