Egipto anunció este jueves el descubrimiento de cuatro tumbas de faraones y de una momia de más de 4.000 años en Saqqara, cerca de El Cairo, en el último hallazgo arqueológico, presentado de manera pomposa por las autoridades.
Los hallazgos fueron en la necrópolis de Saqqara, conocida por la famosa pirámide del faraón Zoser, uno de los monumentos más antiguos de la humanidad.
Los arqueólogos fecharon las cuatro tumbas en la quinta y sexta dinastía, entre los años 2.500 y 2.100 antes de la era cristiana.
El mediático arqueólogo Zahi Hawass explicó a la prensa que en estas cavidades ornamentadas enterraron a Khnumdjedef, el gran sacerdote del faraón Unas, cuya pirámide está en la misma zona.
Durante sus excavaciones, con una profundidad de 15 metros, los arqueólogos también encontraron un sarcófago de piedra caliza con un estado de conservación "exacto" al de "hacía 4.300 años", indicó Hawass.
Cuando lo abrieron, descubrieron una momia cubierta de oro, "una de las más antiguas y mejor conservadas, dejando de lado las momias reales", indicó el arqueólogo, que llevaba un sombrero al más puro estilo del personaje Indiana Jones.
La necrópolis de Saqqara, situada a poco más de 15 kilómetros al sur de las famosas pirámides de Guiza, es considerada patrimonio mundial por la Unesco.
Las autoridades egipcias anunciaron en los últimos meses varios hallazgos arqueológicos relevantes, sobre todo en Saqqara, pero también en Lúxor, en el sur del país.
El ministerio de Antigüedades informó el martes del descubrimiento en esta segunda localidad de los vestigios de una "ciudad romana entera", que data de los primeros siglos de la era cristiana.
Esta sucesión de anuncios, según expertos, podría deberse a una motivación más política y económica que científica.
Egipto, con 104 millones de habitantes, sufre una grave crisis económica y el sector turístico es uno de los principales motores de su economía.
jk