Diana Carolina López y Jesse & Joy en El Arte de la Canción, con Avelina Lésper

Colección Milenio Arte

Diana Carolina López dibuja inspirada en la canción Corre de Jesse & Joy. La escena es el punto previo a la partida, ella se está yendo, y deja señales para que él también se vaya: pájaros, sus zapatos. Habitar en el espacio incierto de la libert

Ciudad de México /

CORRE

Diana Carolina López dibuja inspirada en la canción Corre de Jesse & Joy. La escena es el punto previo a la partida, ella se está yendo, y deja señales para que él también se vaya: pájaros, sus zapatos. Habitar en el espacio incierto de la libertad. El final de una historia, el inicio de una aventura.

El fenómeno de escuchar miles de voces cantando la misma canción, cómo un puñado de frases se transforman en un canto multitudinario, nos dice Joy: “Creo que el arte es una gran incógnita. Es una forma de expresión. Hay sentimientos que a veces no se pueden poner en palabras y vienen las melodías, y las melodías ayudan a que salgan más palabras. Es un proceso de ir escribiendo canción por canción hasta que sale una que nos eriza la piel, que nos desgarra el alma”.

La música y la letra parece que nacieron juntas, y no es así, nos revela Jesse: “Hay una melodía, no sabíamos qué íbamos a repetir y qué iba a decir. Siempre he visto la composición de una canción como un milagro. Creo que lo más cercano que tenemos a Dios es crear de la nada, crear algo, es la expresión artística. Creo que es esa parte donde dice que nos hizo a su imagen y semejanza. Hay una idea y de ahí se desarrolla algo que llega a ser intangible y, a la vez, toca fibras”.

En una canción hay inspiración, temperamento y una visión de la vida, dice Joy: “Justo cuando escribimos Corre, en esa misma semana escribimos ¿Con quién se queda el perro?, que es la canción que da título al disco donde viene Corre, pero no todas las canciones que escribimos tienen esa conexión con la gente, y la dejamos en el cajón. Con Corre le dimos vuelta hasta que llegamos ahí. A la hora de componer, uno se tiene que olvidar de uno mismo; uno se tiene que desprender del ego. Cuando escribimos Jesse y yo, para llegar a un punto en el que a los dos nos vuelva locos, es que, si yo digo algo y a Jesse no le encanta, no importa. Lo buscamos hasta que nos guste”.

El dibujo de Diana Carolina tuvo un proceso similar, nos dice ella: “Coincide con un proyecto en el que ya estoy trabajando, inspirado en las Princesas de Disney y cómo han influido en nosotros desde pequeñas, creemos que alguien va a venir a rescatarte, te va a cuidar, vas a ser feliz para siempre. Hasta que nos damos cuenta de que no es cierto. Al final las mujeres están haciendo más conciencia. A lo mejor es la raíz de relaciones tóxicas. De que el amor en pareja puede ser parte de la vida pero no como un fin. Darse cuenta de quiénes son y empoderarse a través de su libertad, de su talento, de su inteligencia. Es lo que quise demostrar con el dibujo”.

Intrigada, Joy quiere saber cómo un dibujante sabe que su obra está concluida, Diana Carolina dice: “Mi proceso puede llegar a ser muy largo, porque, como hago realismo, soy súper obsesiva y detallada. Hasta que no siento esa emoción y no sonrío viéndolo, no lo suelto, y me alejo; y lo veo. Hasta que lo veo y ya es emoción en mí; sé que es la respuesta de que ya está listo”.

Ser honesto en el arte, nos dice Jesse: “La honestidad es con lo que hemos podido lograr una carrera y dedicarnos a lo que más amamos. Honestamente hacemos música de corazón y hasta que la melodía no nos genera una emoción ya por sí sola… después el poema que pondremos en la melodía tiene que igualar esa sensación o superarla. Es esa onda de la honestidad. Entre más honestos, más conectamos con la gente”.

  • Avelina Lésper

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