Las mujeres siempre han participado de la literatura y han contribuido en las ideas, pero hasta hace relativamente poco tiempo se les consideró propiamente como autoras, propiamente, un auge relacionado con las mismas mujeres, con la reivindicación de sus derechos, a decir de la escritora Ana Claudia Molinari.
Bajo esta certeza, junto con Ana G. Negrete Salinas y Raquel Larson Guerra, se desarrolló la Diccionaria (Editorial Espejo somos) una propuesta editorial que pretende “detonar la reflexión colectiva”, al tiempo de buscar “una identidad feminista”, resultado de lo que se observa como una toma de conciencia y un cambio en los roles de la sociedad, tanto de los hombres como de las mujeres.
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“Las mujeres estaban teniendo ideas o apoyando, pero detrás de un hombre y ahora están adelante o al lado de ellos. Diccionaria es un ejercicio de escritura colectiva, hecho entre varias y luego de un par de años de discusión, de buscar definir quiénes somos y ponerlo en palabras; finalmente, la pandemia nos sirvió para poder escribir y desarrollar este libro que sale a la luz. Resaltaría que es un intento de crear una autoría colectiva a partir de las conversaciones y los acuerdos de distintas mujeres”.
Los objetivos primordiales serían estudiar al feminismo, descubrir “cuál es nuestro feminismo a partir de la conversación y del intercambio de ideas”, porque entre las creadoras del volumen existe la necesidad de luchar contra la idea de que el feminismo es una moda o un objeto de consumo: “es una manera de rebeldía ante las condiciones de desigualdad de género”.
“Por eso, no es que alguien te pueda decir cuál es tu consigna, sino tienes que saber qué es lo que quieres, en qué quieres cambiar. El feminismo, cuando es real, es propio. Justo ahora se le considera como una moda y cuando se vuelve moda se deslactosa, pierde su capacidad transgresora”, explica Ana Claudia Molinari, quien pide ir más allá de esta moda, definirlo como un proyecto de vida, “lo cual no quiere decir entrar en conflicto o en guerra con hombres o con otras mujeres”.
“Significa transformar nuestra vida, en nuestro momento, en nuestra situación y lugar”.
Históricamente quiénes somos o quiénes son las mujeres ha sido dicho desde fuera, por ejemplo, desde la religión, desde mandatos patriarcales de lo que debes hacer; frente a ese panorama surgió Diccionaria, una manera de definir las palabras como una revolución del lenguaje, lo cual implica cambios “en tu perspectiva de la vida y, eventualmente, cambios en tu vida”.
“Todo esto va encaminado no a conflictuar a los géneros, sino a trascenderlos, a que nos despojemos de los mandatos de una sociedad que nos cría desiguales, hombres, mujeres o disidencias: si tienes conciencia de quien eres, de que eres único o única, o que no quieres aceptar un género, porque lo entiendes como una imposición y la apuesta es experimentar tu propia identidad, esa es una lucha que no es nada sencilla, pero hay que darla”.
Las mujeres, especialmente las más jóvenes, están tomando una conciencia fuerte e importante de vivir una vida fuera de los marcos de género, a decir de Ana Claudia Molinari, aunque el feminismo no es una lucha nueva, al contrario, es muy antigua, la escritora sí percibe un auge, un florecimiento de este pensamiento, de esta manera de vivir. “No la llamaría ideología, porque cuando se convierte en una ideología entra en la arena del conflicto, el debate, la competencia”.
PCL