El 2022 fue un año en que la literatura hecha por autores locales o nacidos en Nuevo León dejó una variedad temática y en los distintos géneros, desde novela, poesía, ensayo, textos periodísticos e investigación. Hay para todos los gustos y enseguida 10 de los mejores.
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1. Las lágrimas de las cosas
Poetry Press
Jeannette L. Clariond
La poesía de Jeannette L. Clariond se manifiesta en distintos planos, es la palabra que abre con “Tiro”, que alude a pasajes con tonos clásicos, envolventes, “Y el alma era movimiento”. En “Los ojos de Al-Ajtal” se integra “El poeta”: “Cuando deja de ver, alumbra” y al final de este apartado destaca la poesía que toma sus distintas formas, o la musicalidad en “A Maimónides en Fustat”: “La palabra es anterior a la boca. No la puedo domar. Rueda el oro de su canto, hiende mi lengua” (pág. 51). Le dedica “Tres piedades por Ezra Pound” y así fluye: “La palabra, espejo de inconsciencias, llama herida a la flor” (pág. 57), de Liel y su aflicción a la “Frágil materia” aún hay mucho por descubrir: “Este libro –monte de arena– apenas me acercó a contar sus granos, espejea, infinito, bajo el sol” (pág. 73). Las cosas también tienen lágrimas. Con esta obra, Jeannette L. Clariond obtuvo el Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa 2020.
2. Casi 82 años... Archivo de un Reportero
Madre Editorial
Héctor Benavides
En esta obra, el arquitecto Héctor Benavides reúne textos que se empezaron a publicar en MILENIO el 2 de diciembre de 2019, a raíz de la muerte de su amigo El Reportero del Aire, a título de “Mis conversaciones de esperanza con Joel Sampayo Climaco”, páginas que abren el libro, para continuar con demás temas variados. Hace una radiografía del covid-19 y reflexiona sobre qué hizo cada quien por la familia y los demás en esta pandemia, se detiene en perfiles de Armando Manzanero, Rómulo Lozano, Facundo Cabral y Alberto Cortez, de antología. Realiza el recuento de la llegada del hombre a la Luna, aborda la muerte del empresario Eugenio Garza Sada, el magnicidio de Colosio, y aquella entrevista ríspida con Porfirio Muñoz Ledo, experiencia que narra detalle a detalle. Pero hay más en estos Casi 82 años... con muchos archivos aún por abrir.
3. Los basuras
Conarte
Carlos Alberto Román
Rodrigo tiene un objetivo: triunfar en la música y consolidar su familia. Sabe que es complicado y más si el futuro en una ciudad voraz, con los problemas con los que ya cohabita junto a los suyos, le tienen reservada una compleja jugada. Su esposa Estela tiene un amante, Toro, quien se dedica al secuestro. El motor de su carrera musical, Clemen, fallece, y la motivación ya es otra. Alberto, quien cree que es su hijo, apela a la inteligencia, y medita sobre el cubo de Rubik y otros temas filosóficos, un chico que se adapta a las circunstancias. Junto con “Los basuras”, sus compañeros en la fábrica de plástico, está al pendiente de una máquina en progreso. Sin embargo, con el aura de su ídolo Rigo Tovar, la oportunidad puede llegar tarde que temprano, y que como aquellos artistas atormentados, su camino no puede ser la excepción. Entretenida, directa, con esta obra Carlos Alberto Román obtuvo el Premio Nuevo León de Literatura 2022.
4. Un corazón extraviado
HarperCollins
María de Alva
La escritora regiomontana María de Alva parte en esta obra en busca del poeta Pedro Garfias. Pero, ¿quién fue esa figura de los escritores de la Generación del 27 de España que llegó exiliado en los años cuarenta a México?, ¿quién fue este gran escritor y por qué terminó arrinconado en una librería, la Cosmos, en Monterrey? Amigo de García Lorca, Miguel Hernández, Buñuel y Dalí, un talento extraordinario, contemporáneo, quien llegó a Monterrey a vivir sus últimos días y cuyos restos yacen en el panteón El Carmen. Además la autora es también personaje, que se adentra en la vida azarosa de un poeta que dejó un legado que, aunque poco reconocido, se rastrea en algunas partes de Monterrey.
5. La flor en que se posan los insectos
Universidad Autónoma de Nuevo León
Agustín García Gil Castillo
Ya hacía falta un libro que reuniera ensayos sobre poesía nuevoleonesa y Agustín García Gil lo ha hecho de forma magistral. La ruta que traza llena de nombres consolidados, otros que marcaron una etapa aunque pasajera en publicaciones, sólida, y otros que desde una posición discreta conforman un jardín extenso y colorido. Se posan en la pluma de García Gil: José Javier Villarreal, Jorge Saucedo, Margarito Cuéllar, Miguel Covarrubias, Guillermo Meléndez, Margarita Ríos-Farjat, José Eugenio Sánchez, Armando Alanís Pulido, Gloria Collado, Eduardo Zambrano, Óscar David López y Carlos Lejaim Gómez. Selección personal, pero bien guiada, entretenida, que nos adentra en los verdes senderos de un gran lector.
6. Sorjuanas en inglés. Poesía chicana femenina
Universidad Autónoma de Nuevo León
Arnulfo Vigil
“I am chicana”, la división del río Bravo es tan marcada, pero no impide que las poetas del otro lado “aromaticen” y lleguen con un lenguaje “no geográfico sino renovado”. Vigil hace esta escala de una forma amena y voraz, porque expone, ejemplifica, desenvuelve, detalla lo que se hace por aquellos lados con una lista nutrida y que sin duda se desata en emociones. Plumas valientes, orgullosas de las raíces y que además están siempre dispuestas al ars combinatoria, a los desafíos verbales, a trascender el spanglish, como Lizbeth de la Cruz Santana, Rosalba Soto, Dolores Canela, Reina Romo, que dice “i was walking down the street, cuando vi al amolado venir”. Ecos de “xicanísima” con Inés Hernández Tovar, pero hay muchas, en esta poesía chicana, poesía cool, que va para largo.
7. Ya no tengo fuerza para ser civilizada
Universidad Autónoma de Nuevo León
Iveth Luna Flores
Los poemas de Iveth Luna Flores se dan en diversas circunstancias. En “Historia natural de los virus humanos” hay que aprender a vivir con ellos: “te abrazan, susurran palabras, dejan trozos de su inconsciente sobre el tuyo” (pág. 11). En “Imaginé una vida contigo mientras paseábamos en Fantasías Miguel” hay melancolía: “Tengo experiencia en amar a gente triste, fui una silla de ruedas cuando mi familia se rompió las piernas” (pág. 14). En los hallazgos la voz poética acude a la niñez, a las cartas de su mejor amiga, el cumpleaños 40 de su padre, al premio poético, a hablar a solas consigo misma. La palabra atraviesa desafíos, redimensiona la memoria, y está también la abuela, la madre, el padre, además se encuentra el poema que se resiste: “Quiero ponerle cabestrillos a mis versos para que se sostengan” (pág. 77).
8. Los demonios de mi cuerpo
Planeta
Sandra Frid
La vida de Pita Amor, la de la historia, personal, no la que ambulaba por las calles y que mal juzgaban, es la poetisa que plasmó y dejó su vida en la palabra, es la que aborda Sandra Frid. Guadalupe, la hija menor de los Amor, una de las familias más prominentes del porfiriato, vio las llamas de la Revolución cómo consumían su herencia; ya no más lujos. Y vino lo difícil, pero Pita, mujer de personalidad y pluma deslumbrante, entró a los dominios de su carne y su obra. Amiga e inspiración de artistas, en los andares de la burguesía del siglo XX; si su imaginación se desborda aún en su obra, basta imaginarse cómo es a través de la novela, “mujer inigualable, indómita, mística y pecadora”.
9. Entre chácharas y ropa usada
Publicaciones de la Casa Chata
Efrén Sandoval Hernández
Efrén Sandoval Hernández nos dice: “Vámonos a chacharear”. Sin duda los mercados rodantes o tianguis se han convertido en una forma de consumo que atiende las necesidades de los nuevoleoneses: ropa usada, de paca recién abierta, videojuegos y consolas, herramienta nueva y usada, tenis de marca, todo a buen precio; mercancías usadas y reusadas, de las chácharas a la piratería, muñecos de colección, nuevos y usados, llévele juguetes para la niña, el niño; despensa americana y algo más y hasta te puedes encontrar “la buena”... pero, ¿cómo llega toda esa mercancía desde el otro lado, en especial de Texas?, y además, ¿cómo se establece esa economía de bazar?, en donde a todos esos artículos se les da un segunda oportunidad. “Entramado complejo de tipos de mercancías que pasan por sistemas diversos para terminar en el consumo de los habitantes de Monterrey”.
10. El corredor o las almas que lleva el diablo
Literatura Random House
Alejandro Vázquez Ortiz
Una carrera con todo el mundo industrial, del acero, de los motores que retumban, un mundo que Alejandro Vázquez Ortiz conoce muy bien. Una novela coral con personajes como el Acerero, La Muerta y La Tortuga, entre los corredores, más otros personajes siniestros, que se llevan todo a su paso, por una carretera de Nuevo León; todo en esta vida es una carrera, pero cada quien elige cómo hacerla. Y los que integran esta obra son las almas que lleva el diablo, quienes lo hacen desde luego por un buen premio en efectivo, sin rodeos. Bien narrada, de manera coral, con un gran apego a lo que significan los automóviles para los personajes que vaya que hacen ruido por las vías para alcanzar la meta, con todo lo que implica el realizarlo de manera clandestina: sombrío, desgarrado y con la muerte que ronda.