Director desmantela al Centro Cultural José R. Mijares

Evodio Seáñez Aguilera derrumbó la pared de la oficina sin notificar al IMCE o a Patrimonio Municipal. El pasado martes se denunció un posible desfalco, además de que lleva días sin presentarse al trabajo.

La pared de la dirección fue derrumbada a consideración personal. (Lilia Ovalle)
Editorial Milenio
Torreón, Coahuila /

Sin un permiso emitido por el Instituto Municipal de Cultura y Educación (IMCE) o girado por Patrimonio Municipal, el director del Centro Cultural José R. Mijares, Evodio Seáñez Aguilera, literalmente derrumbó la pared de la oficina del recinto cultural bajo un proyecto personal de expansión.

Otras adecuaciones fueron iniciadas en el edificio municipal en tanto que la presencia del director Seáñez Aguilera se fue espaciando hasta anularse, presuntamente al ser sujeto de cobros por adeudo de dinero de diversas personas, lo que provocó su ausentismo, mismo que ya ha sido registrado por las autoridades municipales.

Ahora y bajo el pretexto de la veda electoral, en el IMCE se guarda silencio sobre esta situación que se pudo constatar en un simple recorrido por el recinto cultural: la pared de la dirección fue derrumbada a consideración personal y se pidió a la maestra de danza que retirará los trofeos, medallas y otros reconocimientos del salón de baile porque, se aseguró, se impulsaría una remodelación que jamás se realizó.

Fue a finales de enero pasado cuando los maestros del recinto cultural advirtieron que sufrían de un trato laboral hostil, motivo que alejó a Alejandro Alvarado de la coordinación de teatro en el Centro Cultural José R. Mijares.

En su relevo llegó el actor Jorge Alanís, graduado del Centro Universitario de Teatro (CUT) de la UNAM.

Pero el gusto a los alumnos les duraría poco, pues con una visión premonitoria, antes de renunciar el actor apuntó que Evodio Seáñez tenía la intención de borrar el pasado del centro cultural sin observar las oportunidades que representaba.

En una reunión “me daban ganas de reírme porque se me hacía irónico, totalmente absurdo que se hablara desde un ego, desde una tiranía porque era como una necesidad muy evidente la de Evodio de decir ‘No, aquí yo voy a ser el que manda, ya no va a ser igual’, cuando no escuchó lo que funcionaba. Lo que intenta es demoler todo y empezar de cero, lo que evidencia el retroceso”.

Fue el martes pasado cuando las irregularidades se hicieron visibles, la regidora Gabriela Romero anunció una posible situación de desfalco en las finanzas del organismo público, así como la intervención de la Contraloría General del Ayuntamiento.

Se anunció que el creciente rumor cobró fuerza cuando Evodio Seáñez dejó de asistir a sus labores ordinarias, motivo por el cual a través de la comisión de Educación, Arte y Cultura del Cabildo solicitarán respuesta directa del IMCE y de la Contraloría General pues se presume que el director del Centro Cultural José R. Mijares además pidió un crédito de 100 mil pesos en la dirección de Pensiones del Municipio.

Estas situaciones no deberán ser novedad para el director del IMCE, Elías Agüero Díaz Durán, pues desde finales de enero se anunció que Evodio Seáñez canceló las becas en el recinto, incrementó las cuotas de los talleres en un 50%, e incluso pidió pagos de mensualidades que no reportó.

Blanca Maltos, ex directora del José R. Mijares, declaró, “todavía yo, según Evodio, era la directora, pero le preguntó a una trabajadora que está en la tarde y que a veces cobra, ‘¿Cuánto dinero hay?’. Ella le dijo que había 4 mil pesos que entraron de mensualidades y se dejó ir al Centro Cultural para llevárselo. A él no se los debían haber dado porque ni siquiera tenía nombramiento oficial, pero de eso tengo recibos”.

Con más de 13 mil personas atendidas a través de los festivales de teatro y más de cien representaciones gratuitas de una obra inscrita dentro del Programa Nacional de Teatro Escolar al cierre del año anterior, el vaticinio del declive del Centro Cultural José R. Mijares fue anunciado.

Blanca Maltos incluso refirió lo que muchos directores salientes dedicados a la cultura no se animaron a denunciar.

Que fueron utilizados en una prolongada entrega recepción sin un finiquito y sin poder cobrar su última quincena.

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