Disertaron sobre literatura fantástica

La mesa se efectuó ante un inquieto grupo de jóvenes, que no pudo estar quieto ningún momento y se dedicó a entrar y salir del salón a la menor provocación. Alberto Chimal fungió, como presentador de la mesa y moderador

Alberto Chimal, Elia Barceló, Cecilia Eudave y Care Santos estuvieron presentes
Amado Aurelio Pérez
Guadalajara /

Hace tres décadas, museos, galerías, la poesía experimental y particularmente el cine y la fotografía sufrieron el embate del mundo internáutico. Las niñas de aquellos ayeres, eran transportadas a mundos fantásticos por las abuelas y sus cuentos de tradición oral, cuyo objetivo era principalmente, servir de ejemplo en la vida cotidiana, de las ahora escritoras de literatura de fantástica; y ponentes de la mesa que llevó por título: La realidad de lo fantástico.

La mesa se efectuó ante un inquieto grupo de jóvenes, que no pudo estar quieto ningún momento y se dedicó a entrar y salir del salón a la menor provocación. Alberto Chimal fungió, como presentador de la mesa y moderador. Elia Barceló, Cecilia Eudave y Care Santos, por orden de aparición y con los pies bien puestos en la tierra; se encargaron de la fantasía sin hacer un decálogo, estrictamente hablando, las escritoras que poco a poco se abren espacio en el mundo de la literatura, se encargaron de remarcar que la buena literatura no debería tener clasificaciones superfluas. “La fantasía es un universo para dar vida a una experiencia lectora y la lectura hace tanta falta como el oxígeno; coincidieron las conferenciantes, las que también aseguraron que la superficialidad de la división entre young, adult, y clásica es una división superflua, “cualquier buen booktuber logra superar ese escollo, pues la exigencia principal de la literatura es la verosimilitud en la propia historia. Lo que sobra no hace falta lo que falta no es historia y por lo tanto no se puede hacer pasar como obra de arte”, dijo Eudave.

“ Los youtubers y los blogueros, iniciaron la práctica del arte de la literatura en otros espacios y circuitos alternativos, y aunque la resistencia hablo del panóptico, sucumbió frente al avance, tecnológico. Libros de media resma, con protagonistas femenino o masculino, abogado o detective, son lo más apegado al subgénero: pero conviene remarcar como ya lo hicimos, una saga no es un subgénero, es una manifestación más de la literatura posapocalíptica”, comentó Santos.

“No se busca aquello que otras generaciones conocieron como la obra total o canónica, pero tampoco se trata de producir bet seller”, continuo Care. Acercar la lectura, a aquellos que no han sido convidados por la negligencia mercadológica, sería su verdadera mediación literaria, concluyeron las tres escritoras.

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