La diversidad sexual cada vez tiene más cabida en el cine mundial y en la Cineteca Nacional en lo particular, porque el cine es reflejo de lo que pasa en la sociedad, asegura Nelson Carro, director de Difusión y Programación de la institución que acogió desde hace ya un cuarto de siglo al festival Mix México, que se realiza durante junio, en el que se conmemora el Día Internacional del Orgullo LGBT+.
“El público y la sociedad han cambiado mucho. El millón de espectadores que viene a Cineteca al año es una porción ínfima de la población del país, no sé si haya influido nuestra programación para mayor apertura. Pero sí creo que hay algo más importante, la diversidad y la aceptación de la diversidad no solo se ve en las pantallas, también se ve afuera, en los jardines, eso me parece más importante, el espacio de Cineteca se ha vuelto muy libre. Ya nadie se escandaliza por ver a dos mujeres o dos hombres abrazados o besándose, y si se escandaliza se tiene que quedar callado”, explica Nelson Carro.
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Sostiene que el cine en general da mayor cabida a la temática de la diversidad sexual en todos los sentidos, así que la programación normal de Cineteca Nacional, sin buscarlo, sin pretenderlo, lleva siempre una enorme cantidad y variedad de películas que abordan historias en ese sentido, ya no es solamente en el contexto del Día Internacional del Orgullo LGBT+, que se conmemora el 28 de junio.
“Si revisas ahorita la programación para ver qué películas tocan la diversidad, yo diría que la mayor parte, en algunas es la historia central, en otras es historia paralela”, agrega Carro, quien da ejemplos.
Solo en junio se proyectan en el recinto de Xoco la belga La chica del cabello rosa y una patineta al hombro (Lola vers la mer, 2019), de Laurent Michel sobre una joven transexual; la brasileña Desierto particular (Brasil, 2021), de Aly Miritiba, sobre la relación virtual y luego presencial entre un policía y un travesti; Flee: huyendo de casa (Dinamarca, 2021), extraordinaria cinta de animación sobre un joven homosexual y su familia que huyen de los talibanes en Afganistán; La queenciañera (España, 2021), de Pedro Peira, sobre la transgénero Bamy Salcedo; la griega Luna, 66 preguntas (Grecia, 2021), la gran película sobre una pareja lésbica de ancianas Nosotras (Luxemburgo, 2019), de Filippo Meneghetti; Nudo mixteco (México, 2021), de Ángeles Cruz, o El charlatán (Polonia, 2020), biopic que la célebre directora polaca Agniezska Holland realiza sobre el curandero checo Jan Mikolásek.
Solo la maravillosa película histórica de Paul Verhoeven, Benedetta (2021), sobre una monja en el medioevo que se enamora de una novicia, que causó escándalo en el festival de Cannes, fue un éxito dentro de la programación de 2022: tuvo 10 mil espectadores, todo un récord para el recinto de Xoco.
“Más allá del escándalo en Cannes, en México no pasó absolutamente nada con Benedetta. Mucha gente vino a verla, a mucha le gustó, a otra no, a otras no les interesó verla, cosa que está perfecto. Quienes la quisieron ver la pudieron ver sin ningún tipo de inconveniente, y así pasa ya”, explica Carro.
“Nos preguntaban qué íbamos a tener para junio y vimos la programación regular y había una gran cantidad de títulos que abordan la diversidad sexual. Pero eso es un síntoma de lo que está pasando en el mundo del cine, no es nada que nosotros hagamos o busquemos en particular”, dice Carro.
“El cine es un reflejo de la sociedad, voluntariamente o no, refleja el sentido social. Y esto es lo que está pasando en todo el mundo en este campo de la diversidad. No creo que en el cine haya más ni menos diversidad que en la realidad, evidentemente sí hay una mayor apertura global”, expone.
Agrega que en el cine documental ha habido una enorme cantidad de películas sobre la diversidad.
“Ahora, si algo que ha cambiado para buena parte del público, e incluso para nosotros los programadores, es que no es tan definitorio si se trata de un cineasta gay o no, ni para bien ni para mal. Prácticamente un cineasta gay en las pantallas de la Cineteca no genera ningún tipo de rechazo, y de la misma manera tampoco genera ningún tipo de atractivo especial. Lo que viene a ver el público es la película, si esta le interesa y si es buena, al menos en Cineteca, eso ha pasado”, agrega el funcionario.
“La gente que viene a ver La chica del cabello rosa y una patineta al hombro o Nosotras es porque son películas atractivas, eso es lo que a mí me parece más importante. Pienso que la mejor manera de aceptación y de no discriminar es justamente el no diferenciar si son películas que abordan la diversidad o no, eso es fundamental en este momento”, subraya el director de Difusión y Programación.
En los dos años anteriores, pudieron verse durante meses en Cineteca y su circuito de subsedes, e incluso en cartelera comercial, películas extraordinarias, que abordan temáticas sobre la diversidad sexual, entre ellas joyas como Retrato de una mujer en llamas, de Céline Scciama; Beanpole, de Kantemir Balagov; Happy Together, de Wong Kar-Wai; El poder del perro, de Jane Campion; First Cow, de Kelly Reichardt; Los bandidos de Kelly, de Justin Kurzel, Cosas imposibles, de Ernesto Contreras; Matthias & Maxime, de Xavier Dolan, o ciclos como el del mexicano Julián Hernández.
Para Carro, en sus inicios el festival Mix México, que exhibe exclusivamente películas sobre diversidad sexual, eran un nicho para esas temáticas, pero ahora es una semana dentro de la programación regular.
—Con esta programación, ¿cuál es el sentido que sobreviva un festival como el Mix México con toda esta apertura que ya hay en Cineteca y en el cine en general?
Es una buena pregunta. Creo que sería mejor planteársela al festival como tal. Es decir ¿cómo un festival como Mix se adecua a los nuevos tiempos?
PCL