Dos "performances" celebran la fuerza de la naturaleza

La música, inspirada en las 34 obras que MILENIO Arte presenta en San Ildefonso.

En su presentación, Alyosha Barreiro combinó instrumentos de origen prehispánico con electrónica.
Eduardo Gutiérrez Segura
México /

El público detuvo el paso. Era inevitable mirar el relieve de la fachada del Antiguo Colegio de San Ildefonso, donde se ve a un santo recibiendo la casulla de manos de la virgen María. Tras cruzar el viejo portón, al amparo del escudo real de Castilla y León, descubrieron la exposición Luna y Sol, Dualidad, que ayer en la noche recibió un homenaje sonoro de parte de Alyosha Barreiro y B-Liv (Jairo Guerrero).

¿A qué suena la reinvención de la Luna y el Sol que realizaron 34 artistas? Barreiro y Jairo Guerrero, en su dualidad creativa, quisieron responder, cada uno con un performance. Alyosha argumentó que el suyo es “una improvisación abierta con estos dos mundos”. En su propuesta se acercó también al mundo “prehispánico, pues amo a México —todos llevamos nuestra cultura en el ser—, pero nací en el momento de la música electrónica”.

Así como con nuestro pasado, Alyosha se comunicó con la naturaleza a través del sonido de un caracol (que hizo las veces de trompeta), una tlapitzalli (flauta), ocarinas de varias escalas, un cuenco de barro, un teponaztli (tambor de los mil sonidos) y voces de connotaciones prehispánicas, en una fusión perfecta con la tornamesa, mezcladores y sintetizadores.

En el arranque de esta velada de mezcla cultural, de conexión entre pasado y presente, B-Liv ofreció su Techxturas Sonoras, que estrenó hace dos años en el Zócalo capitalino en el marco de Día de Muertos. En éste realizó “un homenaje al pasado y la memoria de México, construido a partir de voces de nuestros poetas, escritores, humoristas y gente de la cultura popular mexicana”.

Así, en su intervención se escuchó entre los sonidos electrónicos un fragmento de Pedro Páramo, de Juan Rulfo, poemas de Rosario Castellanos, la voz de Chavela Vargas o el discurso que Cantinflas da en el filme Su excelencia (1966), entre otros, con los que el colombiano de nacimiento, pero mexicano por elección, se enamoró de lleno de la tradición e idiosincrasia nacionales.

“Fue un trabajo largo de investigación: tuve que ir a la Fonoteca a escuchar audios, verificar lo que estaba disponible y, después, ver con qué materiales me permitieran trabajar. No es fácil samplear la voz de Chavela Vargas o jugar con voces en los poemas de Castellanos, así que tuve que elegir las que sirvieran con la escritura musical y el mensaje que quería transmitir”, aseguró Jairo Guerrero, nombre real del artista.

El concierto cerró las actividades del programa educativo entorno a Luna y Sol, Dualidad, que incluyó también tres talleres de dibujo libre, impartidos por algunos artistas de la exposición, uno de los cuales fue solo para niñas, además de dos visitas guiadas por la curadora, Avelina Lésper.

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