Para la directora Tatiana Huezo, el cine tiene como objetivo y como reto poder sumergirte en un viaje, sentir y caminar cerca de los personajes. El Eco, su más reciente producción —dice en conferencia de prensa— “es una de las películas tal vez más puras que he hecho en mi camino y más complejas, porque el reto fue intentar atrapar momentos, pedazos de vida con mucha fuerza, con toda esa energía que hay en la infancia”.
El Eco, que llega a salas de cine el próximo 29 de agosto, es un documental que aborda la vida cotidiana de las infancias que viven en una pequeña comunidad rural al norte del estado de Puebla.
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Uno de los retos durante el rodaje —cuenta— tiene que ver con captar las reacciones y las miradas irrepetibles, ya que “no es una película que quería que estuviera contada como una ficción y eso quiere decir que hubo una apuesta distinta con respecto a cómo colocamos la cámara, cómo grabamos cada situación; nos teníamos que concentrar mucho en registrar muchos planos de cada situación, discutimos sobre a quién rodamos primero porque en la ficción puedes repetir, puedes hacer muchos planos, y en el caso del documental no”.
La película se filmó durante un año abarcando las cuatro estaciones; una experiencia de vida, dice su directora, a la que además del tiempo de rodaje se suman cuatro años de investigación.
“Había un vínculo muy poderoso con las familias. Pasé mucho miedo haciendo esta película donde la realidad nos arrastraba y cambiaba brutalmente; cada vez que íbamos pasaba algo y tuve mucha incertidumbre a lo largo del proceso. Pensaba ‘tal vez esta película no se trata de nada, la vida cotidiana en una película tal vez no es suficiente para sostener una historia’”.
Sin embargo, considera Tatiana Huezo, durante el montaje de la cinta, el aprendizaje fue darse cuenta “que en las cosas más pequeñas y más sencillas se oculta algo muy hermoso y muy grande”.
A pesar de que El eco es una película sobre crecer, “este momento de la vida donde hay tanta magia y también a veces te sientes frente a un abismo”, la presencia de personajes femeninos tiene mucha fuerza.
“Los personajes femeninos de la película tienen cierta rebeldía, son personajes que se atreven a cuestionar el lugar que están ocupando o que van a ocupar en una comunidad muy conservadora, con una forma patriarcal muy vertical, en donde los niños se preparan para ocupar un rol y las niñas también. Estas niñas y estas mujeres fueron construyendo una línea narrativa que era muy interesante y muy valiosa”, finalizó la directora de cine.
PCL