Esta obra del autor mexicano Gerardo Ceballos y la pareja estadunidense, Anne H. Ehrlich y Paul R. Ehrlich, ofrecen un panorama completo de la situación que viven las aves y los mamíferos, animales con los que las personas están más familiarizadas, y la urgencia de detener los distintos fenómenos que pueden generar su extinción. Si bien las raíces de esta destrucción lleva 10 mil años, la cacería y otras actividades humanas como la tala indiscriminada de bosques, no han cesado, y la alarma debe amplificarse y exigir un cambio. Y esto proviene de entender qué ha pasado con la fauna a lo largo de los años, entre especies que han sobrevivido, otras que continúan en una lucha constante ante su principal aniquilador y otras que desafortunadamente solo llegan hasta nosotros por medio de pinturas o viejas fotografías, como lo exponen los investigadores en “La aniquilación de la naturaleza” (editorial Océano).
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El ave elefante, el dodo (icono de los animales extintos), la paloma pasajera, el carpintero imperial, la cotorra de Carolina, el alca gigante, la moa, el baiji (de las pocas especies de delfines de agua dulce, desaparecida en 2007), el tigre de Tasmania (señalar que Australia es el continente donde ha ocurrido el mayor número de extinciones de mamíferos), la vaca marina de Steller, la cuaga, entre otros, se observan como un triste registro histórico de los alcances de la persecución humana.
La cebra de Grévy, el gorila de las montañas de Ruanda (ver en la portada del libro), el pingüino emperador, el kiwi neozelandés, la grulla trompetera, el avestruz, el albastro, el rinoceronte negro, la vaquita marina, la ballena gris, el león africano, los guepardos, los pandas gigantes, los murciélagos frugívoros, el murciélago guanero mexicano, el quetzal, los gorilas de la planicie, los chimpancés o los bonobos, son los bellos animales que se aprecian en este volumen, y se está a tiempo de que este planeta sea de armonía para su existencia.
Y un ejemplo de lo que pasa en el mundo es el oso polar, símbolo del Ártico.
“Se encuentra amenazado por los gases de efecto invernadero, sobre todo el dióxido de carbono, que son liberados a la atmósfera por la quema de combustibles fósiles asociada a actividades industriales y urbanas. La acumulación de estos gases calienta al planeta, lo que acarrea el derretimiento del hielo que es vital para su supervivencia” (pág. 129); este es un claro ejemplo de por qué todo importa y de la interrelación con la naturaleza.
Pero qué debe hacerse para salvar las aves y los mamíferos, y nosotros mismo.
“La única esperanza real es tomar acciones directas para reducir la sobrepoblación y el consumo excesivo, que son las causas principales de las extinciones y de la degradación ambiental. Para lograrlo la única medida efectiva es la reevaluación de las prioridades humanas, ya que, si los humanos seguimos reproduciéndonos extravagantemente y nuestra adicción por el consumo materialista continúa sin control, las aves, los mamíferos (incluidos los humanos) y la gran mayoría de las formas de vida continuarán muriendo lentamente” (pág. 187).
Gerardo Ceballos, Anne H. Ehrlich y Paul R. Ehrlich. “La aniquilación de la naturaleza”. 204 pág. Océano, 2021.