En uno de sus libros emblemáticos, La marca del editor, el italiano Roberto Calasso escribió lo que muchos integrantes del mundo del libro consideran parte de un apostolado: “mi propuesta es que a los editores se les pida siempre el mínimo, pero con rigor. Ahora bien, ¿cuál es este mínimo irrenunciable? Que el editor encuentre placer en leer los libros que publica”.
Quizá por ello, para un grupo de escritores y editores mexicanos con la partida de Calasso “se va uno de los grandes portentos de la cultura del libro”, en palabras de Héctor Orestes Aguilar; “un genio de occidente, en todos los sentidos de la palabra”, para Eduardo Rabasa; “un pilar fundamental para todos”, a decir de Andrea Fuentes; “un escritor admirable, ambicioso y voraz”, de acuerdo con Martín Solares.
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“Un autor que ha ido creando títulos absolutamente imposibles de descartar en cualquier listado de la literatura europea reciente y creo que ambos lados se nutren uno a otro. En el fondo lo que se descubre es que Calasso era un lector enorme, sólo así se entiende su capacidad para haber hecho toda esta obra que hizo”, destacó por su lado el editor español Juan Casamayor, de Páginas de Espuma.
Y es que el escritor y editor italiano Roberto Calasso (Florencia, 1941) falleció en Milán a la edad de 80 años, tras varios años de lucha en contra de una larga enfermedad: considerado de los últimos sabios en el mundo del libro, se convirtió en un referente fundamental no sólo en el ámbito literario, sino incluso editorial.
Nacido en el seno de una familia de la clase alta toscana conectada con grandes intelectuales italianos de la época, de su abuelo materno, Ernesto Codignola, profesor de filosofía en la Universidad de Florencia y fundador de una editorial llamada La Nuova Italia en Florencia, heredó buena parte de su pasión por los libros y por la lectura.
Galardonado con el Premio Formentor de las Letras en 2016, fue autor de títulos como La ruina de Kasch, Las bodas de Cadmo y Harmonía, El rosa Tiepolo, El ardor o La actualidad innombrable, publicados en español por Anagrama, pero también un referente para la creación de editoriales en diversas partes del mundo, sobre todo de habla hispana.
“No solamente es una figura de primer orden de la edición y de la cultura literaria italiana, sino que se va una personalidad de la cultura de occidente que, como pocas, han tenido influencia en el último tramo de la vida moderna”, reconoció el escritor, traductor y ensayista Héctor Orestes Aguilar.
Eduardo Rabasa recuerda que el nacimiento de Sexto Piso se concretó en gran parte gracias a la cercanía de uno de sus fundadores, Luis Alberto Ayala Blanco, con Calasso, al grado que el italiano cedió los derechos de uno de sus libros y que “uno de nuestros primeros libros fuera de Calasso nos abrió miles de puertas”.
“Creo que es un legado impresionante, ya muy valorado, pero creo que va a crecer con el tiempo: como editor, sin duda es uno de los principales editores que ha habido en la historia, Adelphi probablemente es la mejor editorial del mundo”, aseguró el colaborador de MILENIO.
Para la escritora y fundadora de la editorial La Caja de Cerillos, Andrea Fuentes, Calasso se convirtió en un maestro personal y universal por esa concurrencia en él de la práctica de la escritura y de la edición: “Es uno de esos personajes que trazó una épica propia, un pilar fundamental para todos, justamente porque supo crear su propia narrativa, su propia invención de las historias y entendió, desde un lugar muy sabio, pero lejos de la academia, la importancia y la trascendencia del conocimiento”.
El también editor y narrador Martín Solares aseguró que con Roberto Calasso desaparece un editor ejemplar, que inspiró a muchas jóvenes editoriales, y un escritor admirable, ambicioso y voraz, al grado que “lo único que podría opacar su legendario buen gusto como editor en Adelphi sería los deslumbrantes relatos ensayísticos que abordaban y renovaban las más variadas mitologías”.
Calasso falleció el mismo día en que comenzaba la distribución de su más reciente obra en las librerías italianas: Memè Scianca, en la que aborda su infancia en Florencia, así como Bobi, las memorias de Roberto Bazlen, uno de los creadores de la editorial Adelphi, junto con Luciano Foà, si bien a partir de 1971 estuvo a cargo de la mirada de Calasso. En español, hace un par de meses Anagrama lanzó su más reciente libro, El cazador celeste.
PCL