En medio de la crisis del libro por la pandemia, con el cierre de librerías y de ferias del libro transformadas en digitales, los editores de todos los tamaños se enfrentaron a una serie de desafíos que, poco a poco, han logrado superar, aunque no del todo.
“Lo que hemos hecho es buscar algunas estrategias para incentivar la venta en línea de los sellos editoriales, al tiempo de aprovechar a las librerías que hacían envíos, lo que nos ha mantenido a flote. Sin embargo, después de muchos años de falta de políticas culturales que cobijen a todo el sector editorial, bibliotecarios, libreros, editores, autores o traductores, se ha vuelto bastante complicado y lo vuelve más complejo el hecho de que el corazón de la industria editorial se encuentre en la Ciudad de México”.
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Cuenta Carlos Armenta, editor de Impronta Casa Editora, que los lazos comunitarios que se tienden entre varios proyectos alrededor del libro, muchas veces sólo dialogan entre ellos, las editoriales que se encuentran en la capital del país, por la facilidad de la cercanía y al buscar estrategias para sobrevivir se complica este diálogo con los proyectos que están en el centro.
“Lo que hicimos fue crear el Gremio de Editores de Guadalajara y lo importante para nosotros es que de forma colectiva podamos hacer frente al complejo mundo editorial y creemos que, si nos juntamos, esto será más fácil. La finalidad, además de ser una voz representativa, es que se pueda usar para dialogar con los distintos actores del mundo editorial”.
Arlequín, Impronta Casa Editora, Literalia Editores, Mantis Editores, Paraíso Perdido, Petra Ediciones y Salto Mortal, conforman el Gremio de Editores de Guadalajara, algunas de ellos de larga tradición en el mundo del libro y que ahora pretenden hacerse escuchar en un tiempo complejo para la industria.
Se trata de que la asociación entre las editoriales independientes de la capital tapatía sirva para trabajos de organización y representación en otras ferias y en otros puntos, sobre todo fuera de Guadalajara, “porque suele suceder que el centralismo termina por tomar mucha partida y son las editoriales del centro del país las que siempre dan la cara”, de ahí la necesidad de agremiarse, para intentar romper un poco con esa dinámica.
“El aspecto más claro para nosotros es que este gremio, en bloque, genere la representatividad que necesitamos como editoriales independientes, que podamos funcionar como un pequeño altavoz para entablar diálogo ya sea con el Estado o con la iniciativa privada, todo en un contexto en el que Guadalajara fue nombrada como Capital Mundial del Libro para 2022 y que para la Feria Liber 2021 Guadalajara ha sido la ciudad invitada de honor, por lo que es más fácil agruparnos para poder trabajar de cara a estos proyectos”, a decir de Carlos Armenta.
Con otros editores independientes suele existir cierta voluntad, pero a nivel de prácticas y dinámicas, estas siempre quedan encerradas en la Ciudad de México, por lo cual la idea es que el gremio, como una sola voz, pueda entablar esa conversación, enfatizó el editor de Impronta Casa Editora.
PCL