Para Edurne Batanero (Madrid, 1995) no fue sencillo empezar a escribir poesía; era muy joven y le costó trabajo entender que ese era su destino. Sin embargo ganar el segundo Premio de Poesía Joven Vaso Roto le ha dado fuerza para continuar.
La poeta española habla de Infancia es una fruta, obra que fue reconocida en la FIL Monterrey, en la que aborda las etapas vitales de la existencia y que busca conectar con las nuevas generaciones.
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¿Cómo supiste que la poesía sería tu camino?
La realidad es que cuando empecé me costó bastante aceptar que quería escribir poesía, porque al principio lo negaba un poco. Guardaba todo lo que escribía y llegó el momento en que dije: ‘vale, le estás dedicando mucho tiempo, ¿qué vas a hacer?’ Y comencé a dividir por temas, a dividirme y a releerme más, no solamente para corregirme sino para establecer líneas, y me di cuenta de que me posicionaba mucho hablando de las distintas etapas vitales de la vida y decidí empezar a crear en esa línea.
¿Qué temas abordas?
La maternidad, el deseo, la infancia, la vejez y todos estos temas se entremezclan con las etapas vitales desde las cuales hablo y a las que les hablo, por eso el libro no es lineal, no va creciendo, sino que paso de ser niña a ser una adolescente que se dirige a niños o puedo pensar sobre la vejez o en mi abuela; pero al final, voy saltando y sintiendo todas esas diferentes cosas.
¿Cómo llegaste a este género?
La conocí en el instituto, era algo que me acercaron con versos en los cuales yo de adolescente no podía verme representada, no tenía nada que ver conmigo, hasta que ya pude acercarme a una poesía en la cual yo sí me sentía referenciada y donde podía tener alguna voz.
En el libro agradeces a tus amigas, ¿qué rol juega la amistad en tu obra?
La amistad es muy importante en este libro porque sin ellas no tendría voz y a las poetas a las que admiro les debo este libro pues ahí fue cuando yo descubrí lo que era de verdad y la poesía en la que yo sí podía existir, porque en la poesía de un señor del siglo XVIII yo no tengo nada que ver.
Cuando hablas de que cierta poesía del pasado no conecta con los jóvenes, ¿a qué te refieres?
Creo, sobre todo, que a veces se elige mal la poesía que le acercamos a la infancia y a la juventud. Sí que hay mucha poesía, como la de Federico García Lorca, que tiene obras que son perfectamente asequibles para la infancia y que les podríamos acercar, pero hay muchos poetas que han escrito también sobre la infancia y nunca se los acercamos. Con la adolescencia, creo que es muy necesaria la representatividad, algo que a ti te llame la atención. Creo que también hay muchísima poesía para ellos y es importante saber elegirla. Hay muchos versos en los que tú ves que puedes existir, joder, te pueden cambiar la vida, pero si les das un poema que no tenga nada que ver con ellos, pues no van a conectar.
¿A qué poetas admiras?
Cito a Cristina Rivera Garza, quien habla de la niñez y de las distintas etapas vitales en su libro El invencible verano de Liliana, fue algo que a mí me ayudó a leer esa voz. También hay una autora española que se llama Bibiana Collado Cabrera, quien tiene un poemario que habla de la violencia y el tema me parece muy interesante. La poesía crea imágenes, pero no las crea romantizando ni creando demasiado dolor, sino que es una forma de transmitir y se pueden contar cosas a través de la poesía sin romantizar y sin revictimizar.
¿Qué significó ganar el premio de Vaso Roto?
Me enteré de que había ganado por correo, justamente cuando estaba saliendo a la calle con mi familia y mi abuela, y pude compartirlo en el primer momento con ellas y eso me hizo feliz. Estoy súper agradecida con Vaso Roto, es una editorial que admiro mucho por todos los poetas a los que nos ha traído al castellano y es un valor importantísimo. Creo que el gesto de reconocer lo que está pasando en la poesía y hacer un premio de poesía joven es algo que no todo el mundo está siendo capaz de hacer. Es muy bueno que hagan este premio y que mi poemario haya sido seleccionado, me ha costado creérmelo aún, pero bueno, ya con los libros en la mano, ya está claro.
Ahora que eres ganadora, ¿qué vas a hacer?
Hay una cosa que se llama Espacios de Igualdad en España, son lugares donde se reúnen las mujeres a las que les gusta la poesía pero no se sienten muy seguras con ella. Me gustaría hacer talleres para acercar este poemario, quiero que llegue a estos círculos, que no es presentarlo en una librería. Busco que llegue a mucha gente, es la misión ahora.
¿La poesía puede cambiar vidas?
Se dice que con un poema a lo mejor no puedes abrir una cárcel y tirarla abajo, pero a lo mejor sí puedes animar un día a alguien leyendo un poema. Lo cotidiano también te cambia la vida, es algo tan sencillo. Para mí, dedicarte a leer un poema es uno de los mayores placeres del mundo, muchas veces está muy desaparecido y creo que sí, que se pueden leer cosas que nos afecten positivamente, que nos hagan crear conciencia y que puedan marcar ciertas cosas, pero que al final, que solo leas un libro en tu casa o que solo veas un cuadro no va a significar nada más allá, pero si tú llevas ese libro y haces un club de lectura o llevas ese cuadro o esa obra y la compartes y hablas con la gente, ahí es cuando las cosas adquieren un significado.
El Premio de Poesía Joven Vaso Roto 2024 es una iniciativa de la poeta y traductora Jeannette L. Clariond, fundadora de la editorial en colaboración con la Secretaría de Cultura del Estado de Nuevo León y la Feria Internacional del Libro de Monterrey. El galardón consiste en la publicación de la obra y un monto económico de 4 mil euros.