Con "Camino a la Escuela", Bernardo Augurio Jiménez, reflexiona sobre la corrupción y la violencia que se vive en México. Consciente que ambos fenómenos han causado graves problemas en la sociedad.
El lagunero la expone de manera colectiva junto con otros 42 artistas bajo el nombre: "Lo político en el arte", en la Galería Agua Fuerte de la colonia Roma en la Ciudad de México.
“Camino a la Escuela es una obra donde llevo estas dos graves situaciones a través de una versión alegórica, sobre dos de los personajes más famosos de la literatura española: Don Quijote y Sancho Panza”, explicó el joven quien produjo la obra al óleo sobre tela de 134 cm X 142 cm.
En la expo participan artistas de Alemania, Francia e Italia en diferentes técnicas como el grabado, fotografía, escultura y la instalación, que fueron elegidas de entre más de 160 propuestas.
Esta obra la pintó en en 2012 cuando La Laguna vivía la violencia en su apogeo y según recuerda poco tiempo antes habían comenzado las balaceras en los bares de Torreón y todos los días se destapaban actos de corrupción.
“Una ocasión en que estaba leyendo un artículo sobre Don Quijote, fue cuando se me vino a la mente la idea de los gigantes, que en mi obra no serían molinos, sino corrupción y violencia”.
Así que cuando vio la convocatoria, en donde el tema era lo político, pensó que era justo donde debía estar su obra.
En su pieza los personajes se encuentran en una ciudad contemporánea ambientada con algunos edificios coronados con almenas para recordar los castillos que imaginaba el Quijote y para darle una mayor simultaneidad, cambió el asno del escudero y el memorable Rocinante de Don Quijote por dos bicicletas que transitan sobre una ciclopista un hombre y su pequeño hijo que se dirigen a la escuela, pero se han detenido al encontrarse con unos gigantes que encarnan la corrupción y la violencia.
“Vemos un niño vestido con una armadura observando valerosamente la escena donde la Justicia ha dejado caer su balanza y se ha descubierto un poco los ojos para tomar el dinero que le ofrece otro gigante, quien al percatarse de la presencia del infante, le advierte que no diga nada, mientras por otro lado, un gigante toma por la fuerza a uno de los suyos, amenazándolo con un puñal y cegándolo con una venda que sugiere los colores de la bandera mexicana, haciéndonos sentir que así de indefensos es como nos encontramos en nuestro país".
"El hombre regordete aparece como el padre del niño, quien por su carácter realista y un tanto pesimista, representa la figura de Sancho Panza, que como la mayor parte de la sociedad adulta, prefiere no involucrarse en la situación porque piensa que ya nada puede cambiar, así que sólo intenta resguardar a su hijo y hacerse a un lado.
En cambio, como muchos niños, con ese espíritu libre y soñador, el pequeño personifica el valor, el entusiasmo y las ganas de luchar por el bien y la justicia que posee Don Quijote, así que se arma de valor y con firmeza sostiene su lanza para confrontar y vencer esos gigantes que obstruyen su camino a la escuela.