Multinstrumentista que ha hecho de la voz un vehículo para innovar , Juan Pablo Villa también se ha acercado a las músicas tradicionales de México y otras culturas. En 2016 formó el Coro Acardenchado, inspirado por su acercamiento al canto cardenche que surgió a fines del siglo XIX en el norte de México.
Villa lo define como “un canto que entra hondo, un canto profundo, honesto y muy de raíz. Siempre se canta a capela y sin un compás específico, por lo que es muy abierto, de ahí que se diga que se interpreta a capricho. Es un canto campesino, sin embargo, las temáticas de sus letras son muy amplias. Son canciones que tienen más de 100 años y puedes ponerlas en cualquier contexto actual, pues se han vuelto atemporales”.
El término cardenche hace referencia a una cactácea cuyas espinas, si penetran en la piel, son sumamente dolorosas sobre todo al momento de sacarlas, lo que se relaciona con las canciones de este estilo que no están exentas de dramatismo y melancolía.
Aunque se puede escuchar en San Luis Potosí, Querétaro y Zacatecas, el canto es originario de las poblaciones de La Flor de Jimulco, Coahuila, y Sapioriz, Durango, “que es de donde nosotros tomamos el canto. Somos seguidores de Los Cardencheros de Sapioriz, con quienes hemos trabajado”, indica Villa.
El Coro Acardenchado, agrega, “debutó con un concierto en el Teatro de la Ciudad, celebrando esta forma de música con Los Cardencheros de Sapioriz. Ya veníamos cantando con un cuarteto, y de ahí di el paso para formar el coro y desde entonces no lo he soltado. Tenemos una producción discográfica, Aquellos otros, y ahora presentaremos el espectáculo El cardo en flor el sábado 10 de abril a las 19 horas y el domingo 11 a las 18 en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris”.
El canto cardenche se ha conocido sobre todo a través de voces masculinas, refiere el músico, como Los Cardencheros de Sapioriz, “aunque ahora ya incluyen a una mujer, Ofelia Elizalde. En el caso del Coro Acardenchado está integrando por mujeres y hombres, por lo que las adaptaciones del canto se hacen pensando en voces mixtas”.
El coro interpretará canciones tradicionales, “algunas de ellas arregladas por Leika Mochán y por mí, en las que incorporamos, por ejemplo, notas pedales o percusión corporal, mientras en otras incorporamos pequeñas variaciones. Hay otras piezas compuestas por nosotros, que van más hacia el canto de vanguardia con el uso de técnicas extendidas, improvisación libre, conducción de voces, loops y otros elementos. Digamos que trabajamos con los límites de la voz y del cuerpo. Contrapunteamos el canto tradicional con este tipo de manifestaciones”.
Actualmente el coro cuenta con dos personas que comparten con Villa las tareas de dirección: Leika Mochán y María Emilia Martínez, ambas músicas de gran trayectoria. “Ahora gran parte de la influencia del coro está en manos de ellas, si bien los tres lo dirigimos”, afirma.
El fundador del Coro Acardenchado explica que, en algún momento, “se creía que este canto estaba en peligro de extinción. Yo diría que en este momento muchas personas lo están conociendo fuera de la comunidad, pero dentro de ella hay pocas personas dispuestas a cantarlo. Lo conocen, pero nadie tan dispuesto como Los Cardencheros de Sapioriz para salir de gira, pero todos ellos tienen tierras y pueden dejarlas encargadas para viajar. La realidad de muchas personas es que tienen trabajar en las maquilas y ahí no tienen facilidad para viajar, así que las manifestaciones de este estilo se están dando fuera de sus comunidades de origen”.
Juan Pablo Villa reitera que este estilo musical “es un canto franco, en el que se canta gritado. Se grita el desamor, se grita la despedida, se gritan temas que siguen ilustrando muchas de las situaciones que vivimos actualmente. La manera que se abordan estos temas es muy poética, con imágenes nada trilladas”.
bgpa