“El dibujo es mi forma de hablar”: Paola Celada

“La exposición está inspirada en la luz, no en la que se ve, sino en la que se siente”, asegura la artista.

La muestra "Latidos de luz" permanecerá hasta el 31 de mayo en las galerías Elin Luque y Cecilia Gómez Haro de Casa Lamm. ARACELI LÓPEZ
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

Las historias que definen la obra de la artista Paola Celada no necesariamente se transmiten con palabras, sino con imágenes y, en particular, con texturas, producidas lo mismo por los colores que por una serie de objetos recuperados que protagonizan el sentido de cada uno de sus cuadros.

Todo ello se refleja en la exposición Latidos de luz, inaugurada anoche en las galerías Elin Luque y Cecilia Gómez Haro de Casa Lamm, espacio donde ya exhibió en 2013, y ahora recibe 26 obras de arte realizadas en 2017 y el presente año.

“El dibujo es mi forma de hablar desde chiquita, hasta en las clases me decía la maestra ‘pon atención’ y yo le decía ‘es que pongo más atención dibujando’; me acuerdo que una maestra en secundaria, que era psicóloga, me dijo ‘sigue dibujando, sé que me haces más caso haciendo tus garabatos’. Fue ella la que comprendió que el dibujo se había convertido en mi manera de hablar”, recordó la artista previo a la apertura de la muestra.

Entre las novedades de la exposición destacan los formatos de sus obras; por lo general la artista había trabajado pequeños y hasta medianos, pero ahora hay algunos que llegan a los dos metros, amén de que hay más dibujo y hasta grafiti.

“La exposición está inspirada en la luz, porque se murió una amiga hoy hace un año, cuyo nombre significaba luz —no se llamaba así, pero su nombre quería decir eso—, entonces todo lo que hice fue pensando en la luz, no en la que ves sino la que sientes, como cuando meditas o cuando cierras los ojos y te iluminas”.

Variación creativa

A través de Latidos de luz, Paola Celada también rinde sendos homenajes: en un primer caso a la figura de Las Meninas, como símbolo de permanencia y de inmortalidad, y en una obra en particular a Las dos Fridas con su pieza Permanencia inerte.

Las meninas son parte de lo que yo quise ver como la inmortalidad, la permanencia, porque en lo personal mi amiga sigue viva, ya no está físicamente, pero me acompañó a hacer todas las obras: Las meninas son símbolo de la infancia perfecta y de la inmortalidad”, en palabras de la artista, cuya obra forma parte de la colección MILENIO Arte.

Al final, la artista regiomontana está convencida de que en su trabajo creativo “no puedes quitarte lo que ya traes: todos los cuadros son yo”.

Para Avelina Lésper, directora de la colección, en la exposición se reconocen dos experimentos muy interesantes: primero, al observar y replantear la obra de Lewis Carroll; después al tomar la imagen de Velázquez que está en el centro de Las meninas y reproducirla varias veces, “haciendo variaciones de la obra y explotando su propio barroquismo, a través del barroquismo de Velázquez”.

“Todo ello generó un planteamiento muy rico en la obra de Paola, porque experimentó en su trabajo de collage, al tiempo de convertirse en observadora de la obra de otros artistas, con lo que podemos ver claramente la evolución de una artista, cómo ha profundizado en su propio trabajo”, a decir de la crítica de arte, quien enfatizó la importancia de las variaciones en el trabajo de la creadora, pues termina por ser una reflexión muy seria acerca de la observación y la variación, que es distinta a la repetición, y “aporta algo nuevo a través del estudio del mismo objeto”.

La familia y el pasado

Paola Celada acepta que una parte de su pasado familiar se refleja en la muestra: creció en una atmósfera que atesora mucho el pasado, “mi mamá toda la vida fue muy de guardar las cosas”, ya sea por los viajes o por los recuerdos, y son objetos que se encuentran en sus obras, como los ropones o los encajes, “todo eso no me lo puedo quitar”.


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