“La cultura mexicana se ha construido en nuestro español, y los pueblos que hablan otras lenguas en el territorio que compartimos, en un sentido estricto, no son mexicanos, son otras culturas y nuestro respeto por ellas debería comenzar por reconocerlas”, señaló Felipe Garrido, narrador, editor, promotor de lectura y miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua (AML).
“Lenguas originarias: cultura y educación” es el título del ensayo que leyó el escritor dentro del ciclo “Lecturas estatutarias de la AML”, en el que aborda la importancia y necesidad de reconocer y estudiar las lenguas originarias de nuestro país, pues hacerlo sería una muestra de respeto a los pueblos que las hablan en el territorio que compartimos y una manera, también, de entender sus cosmovisiones.
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“No hemos logrado que la cultura mexicana, el español de México, conviva con otras 300 lenguas. Eso requiere otras maneras de construir una sociedad. Simular que lo hacemos, no nos ayuda a construir nuestras culturas, y cuando digo nuestras estoy consciente de que eso es una simulación y una falta de respeto. No son nuestras, son de cada una de sus lenguas. Un sistema social que les dé a todas un mismo reconocimiento tendría que partir de la aceptación en los hechos de nuestra diversidad, explicó Garrido.
El escritor se preguntó: “¿Bastará para sostener la vida de las lenguas originales decretos, comités, comisiones? No lo creo. Esas lenguas necesitan hablantes capaces de escribirlas. Es posible soñar con una patria que fuera un mosaico de regiones bilingües. Pero, ¿será posible despertar en la población mestiza el interés por lenguas que no ofrecen ventajas económicas? Yo creo que es difícil”.
Industria editorial
Garrido dijo que, además, el Estado mexicano nunca ha entendido la importancia estratégica de la industria editorial.
“En estos días estamos viendo cómo la Secretaría de Educación Pública embate contra los editores que durante muchos años se habían dedicado a imprimir, editar y publicar otros libros para estudiar que no fueran los libros de texto gratuito”.
Señaló: “De 2001 a 2006, el programa de Bibliotecas de Aula de la SEP, compró más de 80 millones de libros para ponerlos en las aulas, 81% fueron de autores extranjeros, 19% correspondió a autores mexicanos y solo cuatro editoriales españolas concentraron 63% de las ventas. Cuatro quintas partes de los recursos dedicados a este programa fueron a fortalecer a autores e industrias editoriales de otros países. Dos siglos después de nuestra Independencia, la dependencia editorial es abrumadora y propicia una dependencia lingüística”.
En la charla, Garrido comentó que en México “estamos ante una muestra de la desatención oficial hacia la lengua, una manera de decir “el español no es nuestro”, y lo que hace falta, es lo contrario, apropiarnos de nuestro español con plena conciencia y encontrar la manera de que conviva con las lenguas originales con pleno reconocimiento”.
Finalmente, el editor opinó que es obligación del Estado “promover, defender e impulsar todo lo que se refiera a las lenguas de México y esto no sucede, ni siquiera con el español. Cuando nuestro Estado dé a las lenguas y a la industria editorial la importancia que tienen comenzaremos a saber quiénes podemos ser y estaremos en el camino de construir un México mucho mejor”.
PCL