En México existe un personaje que si bien ha perdido popularidad en años más recientes, su existencia se volvió un fenómeno colectivo capaz de asustar a cualquier niño con mal comportamiento. A pesar de que casi nadie sabe de donde proviene, El Hombre del Costal, también conocido como El Hombre del Saco o El Ropavejero, se volvió una de las leyendas más populares en México, tanto así que llegó a ser mencionado en programas de televisión como El Chavo del Ocho.
Aquellos niños de los años 90, o incluso desde antes, fueron atemorizados por este sujeto, o en el caso de los adultos, algunos mencionaron su existencia a los más pequeños del hogar con el fin de mejorar su comportamiento, sólo por haber escuchado sobre El Hombre del Costal en algún otro lado. Es por esto que a continuación te contamos el origen de este peculiar personaje.
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La verdadera historia de El Hombre del Costal
La leyenda de El Hombre del Costal tiene diferentes orígenes que varían dependiendo del lugar, la historia aceptada por la mayoría de personas es que no existe un Hombre del Costal en específico, si no que en España durante el siglo XX, se comenzaron a escuchar diversas historias sobre desapariciones de niños causadas por hombres quienes se los llevaban en un costal.
Francisco Leona, ¿El verdadero Hombre del Costal?
A pesar de las diferentes historias que se escucharon durante aquella época, hubo una que gozó de mayor popularidad, y se trata del criminal Francisco Leona, quien según las historias contadas por la gente, fue el culpable de la desaparición de muchos niños en España.
La historia de Francisco Leona detalla que fue un curandero y barbero español de 75 años quien quedó viudo y tras recibir la visita de , motivo por el cual se le sentenció a muerte en el año 1910, aunque falleció antes de que se llevará a cabo su castigo. La historia de como Francisco obtuvo el nombre de El Hombre del Costal comienza cuando un hombre llamado Francisco Ortega Rodríguez fue diagnosticado con tuberculosis, por lo que, con ayuda de sus esposa, buscó quien lo pudiera curar de dicha enfermedad. Así fue como llegó con una curandera de nombre Agustina Rodríguez González quien le otorgó una medicina, la cual no funcionó por lo que llegó con Francisco Leona, quien en búsqueda de un antídoto eficaz para curar aquel padecimiento secuestró a un niño a quien puso en un costal, el cual fue utilizado, con la ayuda de la esposa del enfermo, para realizar dicho medicamento.
Aquella anécdota del secuestro fue pasando entre voces de los habitantes de un pequeño pueblo de España. Se desconoce si el remedio fabricado por Francisco Leona funcionó, sin embargo, tras una larga investigación, la policía dio con el paradero del curandero y el resto es historia.
Las terribles acciones de Francisco y los sucesos rumoreados en España, dieron origen esta popular leyenda que aunque ha perdido popularidad, pasó a la historia como una de las leyendas colectivas más famosas de México.
CAVS