En este fin de año turbulento, en el que las noticias de hombres poderosos señalados por acoso sexual se acumulan como un reclamo largamente aplazado, importa recordar que con ellas se señala un hecho vergonzoso de la historia humana: la desigualdad de que han sido víctimas las mujeres en todos los ámbitos de la vida.
Esto incluye el ámbito de los libros, pero ahora, tal vez, aquí también empieza a ocurrir una restitución necesaria. Muchas de las grandes obras literarias de la actualidad reconocidas como tales son obra de mujeres, y empieza a haber relecturas que hacen justicia a autoras postergadas o menospreciadas de otras épocas. Esto sucede en todos los géneros y especialidades de la literatura, y entre ellos en la LIJ (literatura infantil y juvenil).
TE RECOMENDAMOS: El buscador: De todos modos Juan te llamas
[OBJECT]Entre otras escritoras mexicanas, M. B. Brozon, Verónica Murguía, Silvia Molina, Ana Romero, Paulina del Collado, Martha Riva Palacio o Karen Chacek son representantes no solo de una especialidad editorial, sino de propuestas literarias sumamente distintas entre sí, capaces de representar numerosos puntos de vista diferentes sobre la vida humana y, también, de interesar a lectores de muchas edades y no solo de un sector o target. Otras tres de estas autoras —Tamar Cohen, Raquel Castro y Adriana González Márquez— están en la FIL para presentar sus novedades editoriales en una mesa conjunta, titulada “Girl Power”.
La reunión de las tres en un mismo evento, más allá de la especialidad que las une, podría parecer una arbitrariedad, pero justamente la variedad de sus propuestas vuelve interesante el compararlas: contra el prejuicio que tienen todavía algunas personas, una cualidad de la LIJ de hoy es su multiplicidad.
Adriana González Márquez es la más cercana de las tres a la imagen habitual de la autora de sagas juveniles: series de novelas a veces con componentes épicos o fantásticos, casi siempre con una trama amorosa. Ocurre así tanto en su serie “Los dominios del Ónix Negro” como en la más nueva, “La era de los místicos”, de la que se presenta el segundo volumen: Génesis (Montena).
Por su parte, Raquel Castro opta por una narración más autocontenida y de corte realista: Un beso en tu futuro (Alfaguara) es una historia de crecimiento y del descubrimiento del amor en los comienzos de la adolescencia, en la que aparece, además, una trama secundaria sobre la necesidad de la tolerancia. Como en otros de sus libros, el componente de actualidad es crucial.
En medio de estas dos propuestas está la de Tamar Cohen, quien en Orfanato La China (Alfaguara) parte de un planteamiento aparentemente costumbrista y un entorno falsamente normal para crear una historia de imaginación sorprendente, sentida como otras de sus novelas y a la vez en sintonía con el deseo de descubrimiento, de simple novedad, que tenemos en la juventud y en muchos otros momentos de la vida.
ASS