El proyecto de presupuesto para el ejercicio fiscal 2019 a la Secretaría de Cultura es “transparente y responsable, en sintonía con la realidad del país en términos de acceso a la cultura y promoción de las artes”, según un comunicado de la institución presidida por Alejandra Frausto.
Con base en las cifras, para el ejercicio de 2018, el presupuesto en materia cultural fue de 11 mil 716.2 millones de pesos, mientras que para 2019 se contempla un aumento de 677.9 millones de pesos, lo que significa un 1.9 por ciento en términos reales y 5.3 por ciento en términos nominales.
“Con este presupuesto podremos reorientar gastos en asuntos prioritarios e implementar una fuerte política de creación, desarrollo y promoción cultural”, se enfatiza en el documento.
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En el texto se argumenta que las prioridades del proyecto de presupuesto para el sector cultural son las mismas que se plantearon durante la campaña electoral y periodo de transición: generar un programa de cultura más justo, democrático y de alcance nacional a través de la inclusión de los sectores históricamente marginados.
“El principal objetivo de la política cultural es el de garantizar el derecho humano a la cultura. Para ello, la Secretaría ha planteado los siguientes ejes de trabajo: redistribución de la riqueza cultural, cultura comunitaria y de paz y el fortalecimiento de la economía cultural. Los principios transversales de la distribución del gasto público son: austeridad, legalidad, racionalidad, transparencia, eficiencia, honestidad y combate a la corrupción. En este sentido es la orientación del paquete económico 2019”.
¿Qué se recortó?
Aun cuando en el comunicado señalan que hay un incremento nominal de 5.3 por ciento, al mismo tiempo se asegura que “los recortes vienen en las partidas administrativas que corresponden al plan de austeridad y que se ajustaron en todas las dependencias. Se garantiza el apoyo a los creadores, cineastas, artesanos y artistas; así como a bibliotecas, museos y promoción cultural nacional e internacional. Los programas inerciales se revisaron a través de la evaluación de su diseño, la implementación, los resultados y el contexto en el que se desarrollan”.
Las reducciones principales en el presupuesto de cultura corresponden a los rubros de: duplicidad de funciones (-2.1 por ciento); materiales y suministros (-9.3 por ciento); servicios generales (-5.8 por ciento), donde se incluyen rentas onerosas, contratos de vehículos, gastos superfluos y privilegios de altos funcionarios. En el caso de los órganos desconcentrados y organismos descentralizados se sigue la misma lógica.
El objetivo de la secretaría es acortar el trayecto entre los recursos y los beneficiarios. El plan de austeridad consistió en revisar duplicidad de funciones y gasto para facilitar este acceso a los recursos.
“El presupuesto para las actividades culturales creció 52 por ciento. Esto incluye proyectos permanentes con personas en contextos de vulnerabilidad social y violencias. El ejercicio de estos recursos será en beneficio directo de los artistas, creadores y colectivos culturales de las comunidades”.
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