El Rayo Verde es un fenómeno óptico atmosférico que ocurre poco después de la puesta de Sol, por unos pocos segundos. Normalmente se ve cuando el horizonte no presenta obstáculos, como en el océano. Las causas de un destello verde se encuentran en la refracción de la luz como sucede en un prisma permitiendo, que la luz de alta frecuencia (verde/azul), se distinga al atravesar la atmósfera.
Amado Nervo en “Apuntes para un libro que no escribiré nunca”, se congratula de haber observado el fenómeno al decir: “Yo he visto el rayo verde que trae ventura. Lo vimos en una playa mazatleca mi hermano y yo, una tarde de julio”.
El concepto del destello o rayo verde fue popularizado por la novela “El rayo Verde” de 1882, de Julio Verne, en la que describe su color como “...un verde que ningún artista podría jamás obtener en su paleta, un verde del cual ni los variados tintes de la vegetación ni los tonos del más limpio mar podrían nunca producir un igual. Si hay un verde en el Paraíso, no puede ser salvo de este tono, que muy seguramente es el verdadero verde de la Esperanza”.
La novela está basada en este fenómeno óptico real, llamado destello o rayo verde y cuenta que la difícil búsqueda de éste por parte de Sam y Sib Melville, para tratar de casar a su sobrina Elena Campbell con Aristobulus Ursiclos, ya que dice la leyenda que dos personas que lo vean a la vez quedarán automáticamente enamoradas la una de la otra. Es un momento mágico en que dos personas descubren el amor a la vez. A la búsqueda se une el pintor Olivier Sinclair. Tras una serie de peripecias y de la busca del lugar ideal para avistar este mágico rayo verde, los protagonistas no tendrán el final deseado; pero, aun así, su amor no se verá demorado mucho más tiempo.
Desde que conocí la historia en mi adolescencia, quedé marcado por el destello verde, cuando es posible, no dejo pasar un solo atardecer en el que no ponga toda mi atención para observarlo. Lo mismo hizo el prestigioso fotógrafo sinaloense Roberto Véliz, quien, nos cuenta, que el día 28 de febrero entre las 4 y 5 de la tarde se encontraba en el cerro de Playa Brujas en Mazatlán, Sinaloa. La tarde del 28 de febrero, nunca se me va a olvidar porque Dios me dio la oportunidad de poder capturar el acontecimiento que por años andaba buscando poder retratar el RAYO VERDE”.
La imagen de Roberto, a quien apodan sus paisanos con el mote de “El fotógrafo de la noche”, es magnífica, y aprovecho para darle a mi amigo Roberto las gracias por permitirnos reproducir aquí esta bella imagen, parte de su talentosa carrera.
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