Gabriel Correa Quezada, mejor conocido en el mundo urbano como 'El Bolsa', es un joven que le gusta dibujar desde que tiene memoria, ahora se dedica de lleno al tatuaje y hace más de seis años muestra su talento en la piel de otros.
Acepta que realizar tatuajes no es la técnica que más disfruta, sin embargo la vida le ha hecho ver que en la actualidad el tema de la pintura en la piel es cada vez más abierto en México.
El aerógrafo, el grabado, la pintura, el muralismo y el graffiti, son las actividades que disfruta realizar y son su pasión, pero que lamentablemente para él y sus colegas artistas, la mayoría de la gente no valora el trabajo, además detalla que se gana más dinero en menor tiempo al realizar tatuajes.
“Entre todas las ramas que puede haber en la creación de un dibujo las técnicas son infinitas, el tatuaje es curiosamente de las que menos me gustan pero es de las que más deja sustento económico, el 95% de los trabajos en tatuajes es complacer al cliente, no hay oportunidad de aportar mi creatividad, es algo de lo que vivimos”.
Oriundo de la colonia Lázaro Cárdenas de Torreón, donde el mundo del Hip-Hop con mayor auge a inicios del año 2000, guió su pasión por los dibujos y empezó a realizar creaciones salidas de su forma de ver la vida, para luego plasmarla en las paredes, así llegó a su vida el graffiti.
En tanto lo que prefiere plasmar es la realidad que vivió en su infancia y adolescencia, ya que asegura, no puede pintar cosas comunes como un florero o un paisaje cuando se está rodeado de carencias sociales.
“Mis obras muestran una sátira en conjunto con algo de sarcasmo, siempre bajo el esquema de un tema social, llegando a tocar las fibras incómodas de la gente”.
“Los dibujos que yo he creado han sido imágenes que uno ha visto desde que era niño, un niño crecido en una colonia que para la mayoría es marginal, en realidad no hago cosas que a la gente común espera de un pintor”, expresa el joven de 30 años.
Siempre tuvo la ilusión de estudiar formalmente pintura o alguna otra arte plástica, además le llamaba mucho la atención ser caricaturista, sin embargo, las posibilidades económicas de su familia no le dieron para desarrollarse profesionalmente como hubiera querido.
“Siempre tuve la ilusión de estudiar algo pero nunca se pudo, a veces por tiempo y a veces por dinero”.
En cambio, cuando tenía 21 años y más de 10 años de aprendizaje autodidacta con mucha práctica, el taller de gráfica 'El Chanate', le abrió sus puertas al colectivo después de ganar un concurso de graffiti, hecho que lo catapultó hacia otras técnicas plásticas como la pintura, el grabado y la aerografía, por lo cual le empezaban a pedir trabajos.
“El paso de la pintura en paredes y plataformas a realizar tatuaje se dio porque, la misma gente donde realizaba mi trabajo me preguntaba que si sabía hacer tatuajes, empecé a practicar y fui aprendiendo muy rápido”.
Sus dos hijos son su mayor inspiración y desea ser uno de los tatuadores más reconocidos a nivel regional y nacional, así como seguir participando en festivales de pintura y culturales como lo hará en el próximo Cervantino de Guanajuato y como lo estuvo en el Festival de Tijuana.
Para 'El Bolsa' el significado de Arte no debe relacionarse con cualquier trabajo artístico por la variedad de conceptos que se puede dar en cada disciplina.
¿Qué recomiendas a los jóvenes que también tienen el talento pero su trabajo no se valora?
Les recomendaría no dejar de trabajar ni de practicar. No bajar bandera, como se dice. También estudiar algo si es que pueden, pues he visto que hay más oportunidades cuando demuestras que tienes un papel que te dice lo en lo que eres bueno, pero también tu talento te trae trabajo pues tomas un reconocimiento que va de boca en boca de los clientes.