Con un formato que fusiona el clown y el cabaret, el actor de teatro Elías García se coloca en un péndulo que oscila entre la comedia clásica y el humor negro para explorar a través de la imagen de un payaso sin nombre, las emociones que llevan al hombre a un punto de riesgo sin aparente retorno.
El propósito del también artista clown es exhibir y explorar algunas de las sociopatías que se manifiestan con fiereza en la zona metropolitana de la Comarca Lagunera como lo son los feminicidios, la violencia de género y los suicidios de menores, todos con una alta incidencia en la región.
Fue así que Elías montó el unipersonal de alto impacto en el escenario íntimo de Plan B Estudio-Teatro, y le llamó “Estoy bien: el show más feliz del mundo”, al cual se podrá acudir este sábado a las 21:30 horas con acceso de cooperación voluntaria, "de a gorra y a huevo", dice el actor.
“Me gusta la comedia sana, me gusta el concepto de la Risa Sagrada, pero este es un clownbaret porque combina el clown y el hip hop, y aborda el tema de la salud mental y masculinidad tóxica".
“Se presenta como un clásico, se hacen unos homenajes a Tortillín y algunos payasos de la región; es también un homenaje a Jef Johnson y a otros tantos en escena. A la par de que estamos viendo el ejercicio de este payaso sin nombre, vamos viendo cómo es que sufre un colapso nervioso, emocional y el cómo ha dejado de lado su salud mental y va cayendo en una espiral hacia la oscuridad”.
CONTRA MACHISMO
El mensaje se vuelve pertinente. Más aún donde los titulares de los diarios dan testimonio cotidiano de los feminicidios cometidos con cierta frecuencia en alguna ciudad lagunera mientras las autoridades se niegan a aceptar una alerta de género.
Es un mensaje directo, más aún por los anuncios que se han dado en cuanto al suicidio infantil, estas problemáticas de salud mental en la población en general y los tabúes que existen, los estigmas que hay al respecto y la idea es invitar a reflexionar en torno a este ejercicio escénico sobre estas cuestiones de una manera positiva, para pensar en las barreras que nos ponemos a veces los hombres para no expresar los sentimientos, pedir ayuda, de no permitirnos ser vulnerables para ser más fuertes y sanos de nuestra psique y de eso va el ejercicio.
Elías García dijo que esta ficción fue pensada en varios momentos y echó raíces puesto que las personas, todas, pasan por cuadros depresivos o de ansiedad y justo de la experiencia personal se construyó la historia.
“Este es el segundo cabaret de Escénica Fantoche, el pasado fue Antítodo con Lyna Limones que fue más sobre violencia de género y bueno, se tuvo la facilidad de que invitara Plan B y tener un foro más grande, el acceso es por cooperación voluntaria y la idea es que toda persona que esté interesada pueda acceder sin importar la capacidad económica. Si la gente tiene cien varos serán bien recibidos; si trae 50 también, 500 mejor, o mil”, explica sonriente en el desapego del pago por entrada.
¿Por qué esos temas? Sabemos que es una decisión personal pero estás en el delirio de la vida moderna: el suicidio, la depresión, el machismo, el sexismo…
A nivel personal siento, pienso que todo ejercicio escénico, danza, música, cualquier persona que se para con un reflector encima, tiene la oportunidad de hacer no sólo un ejercicio técnico, no sólo un ejercicio de expulsión o vulnerabilidad sino como un ritual, sobre todo la escena con todo lo que implica la multidisciplinariedad que puede haber allí, de danza, en este caso de clown, comedia, magia y música, es una invitación a hacer un ritual, y el ritual desde que el hombre es hombre es para sanar y vernos reflejados.
Me gusta la comedia pero me gusta la comedia que sana, me gusta el concepto de la risa sagrada y es lo que busco, no digo que lo sea pero es lo que busco hacer con esto, hacer que con un poco de risa, tal vez, se dé un tiempo para llegar a un lugar más profundo, y esos temas surgen porque tenemos que escucharlos, sentirlos, tenemos que llorarlos, verlos, enojarnos, vomitarlos.
Ser conscientes de que ahí está ese otro yo, que a lo mejor a través de la ficción del teatro, de la escena, podemos acceder a la realidad de una mujer golpeada, asesinada; de un hombre sumamente conservador y machista que sufre por dentro, de una persona reprimida sexualmente, o de un adolescente angustiado que comete suicidio por cosas que podemos pensar muy pendejas pero que están ahí. Y es asomarnos y es sanar y ser conscientes de uno mismo y de la realidad de los otros.
¿Qué tanto influyen las noticias o la vida cotidiana para la construcción de este discurso?
En el caso de 'Antítodo', ese cabaret fue construido de puros titulares. Este otro, 'Estoy bien...', es un poco más consciente y parte de las estadísticas; hay un incremento muy alto en el suicidio infantil, sobre todo en La Laguna de Durango, en Gómez Palacio, y surge la necesidad de hacer algo que permita reflexionar sobre estos chavitos que están sufriendo porque no sabemos la importancia del ir a terapia, de medicarnos si es necesario.
De acudir con un especialista, de hacer cosas que nos permitan equilibrar su salud, desde ejercicio, meditación, lo que le sirva a cada quien. Mi trinchera es la escena, igual todas las artes son guerrilla contra todos estos aspectos negativos que emergen del sistema: es mucho más lucrativo una persona deprimida, conforme y apegada a las cosas materiales, que una persona sana.