TE EXTRAÑO, TE OLVIDO, TE AMO
Te extraño, te olvido, te amo es un recorrido por los distintos estados que se sufren en el amor, extrañar a alguien, olvidarlo y luego volver a amarlo. El círculo que impide salir de esa relación. Carlos Lara es el autor, y la artista Elisa Salas crea un caligrama que reproduce la letra y las emociones.
El reto de un artista es no repetirse, nos dice Carlos: “El artista constantemente está buscando nuevas aventuras, nuevas experiencias, la necesidad del artista es intentar no repetirse. Creo que el creativo busca la resurrección constante. En mi caso, intento encontrar nuevos caminos. En la música y la literatura ya se ha inventado todo y, sin embargo, buscamos la manera de contar esa historia de una manera diferente”.
La interpretación la hizo Elisa Salas con un dibujo de la técnica llamada caligrama, nos explica: “Es cierto que podemos hacer las cosas diferentes o podemos hacerlas cada quien con su alma. A mí siempre me fascinó la poesía, y en algún momento pensé en hacerlos canciones. Me encantan los poetas malditos, Apollinaire y Mallarmé que hacían caligramas, pero no les ponían sombras, luces, volumen. Lo que quise implementar en mi obra fue hacer el caligrama con volumen”.
Los artistas se enamoran o se obsesionan con sus obras, dice Carlos: “El proceso creativo es algo realmente muy extraño. En muchas ocasiones me quedo con una idea en mi cabeza por semanas. A veces por meses. No las pongo en el papel. Sin embargo, no las olvido. Stephen King, el rey de la novela negra, es un individuo que hace lo mismo, él no escribe en el papel porque dice que tiene miedo a que la memoria olvide eso que está procesando. Te extraño, te olvido, te amo llevaba meses ahí. Entonces Ángel Carrasco, que era director de Sony Music, me llamó diciéndome que le faltaba una balada para el disco de Ricky Martin. Busqué en mi cabeza, me encontré con la canción y nació en 20 minutos. La estructura, las bases, estaban ahí. Nunca esperé, jamás me imaginé que esta canción se iba a volver un tema inmortal, interpretado por un individuo al que admiro mucho como es Ricky Martin. Es una de esas cosas que no se repiten muy seguido en la vida de un autor”.
Elisa dibuja un “pensador”, y nos dice los motivos: “Me imaginé al hombre en posición fetal, considero que es el lenguaje donde el ser humano está ensimismado. Tuve la inquietud de hacer todo el entorno en caligrama, pero después pensé que el contraste de vacío era mucho más impactante. Escuché la canción y pensé que estuviera desnudo completamente. Pensé en su lenguaje corporal y en interpretar una hipersensibilidad interior”.
En el caligrama está toda la canción, las palabras son signos, son dibujos, Elisa nos revela: “Al principio, estoy muy consciente de la caligrafía, de hacerla de una manera estética y ordenada. Llega un punto que estoy tan adentro de la forma y de las sombras y luces, que ya no estoy escribiendo la palabra por lo que significa en sí, sino por su imagen visual. Me doy cuenta que si hago una “p” o una “l” más larga sirve para interpretar un codo o un ojo. Empiezo a deformar la caligrafía y dejo de estar consciente de la palabra en sí”.
Al observar la obra, nos dice Carlos: “Me parece espectacular la caligrafía que hizo Elisa. Creo que los creativos estamos hiperconectados en un tejido cósmico y nos tocamos constantemente. Somos aquellos que vemos cosas, donde la gente no puede llegar. Eso es lo que nos permite darle vida a cosas que otros solamente pueden imaginar”.