A finales de 2017 la pintora Aidee de León tuvo un desprendimiento de retina. Esto hizo que tuviera que detener su labor artística, pero también le dio espacio para considerar otras formas de percibir la realidad. Antes de esta emergencia médica, De León había hecho un viaje a la India en donde también se enfrentó a un cambio a través de técnicas de meditación: “fue como si hubiera lavado todo lo que tenía construido en la mente”.
Mientras la pintora mexicana se encontraba en recuperación, después de la operación que le permitió recobrar la visión del ojo derecho, empezó a desarrollar un método para que personas ciegas o con debilidad visual pudieran pintar.
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“Esto me hizo cuestionar mucho cómo percibimos la realidad porque estaba acostumbrada a pensar ‘como lo estoy viendo o tocando así es’. Pero si no lo ves hay una manera de conceptualizar el contexto muy diferente porque jamás habías tenido esa manera de vivirlo”.
El método consiste en añadir especias a las pinturas para que personas con discapacidad visual puedan asociar un olor a un color. Con este método, Aidee de León impartió en enero de este año talleres en la Escuela Nacional para Ciegos a grupos de personas de entre 30 y 50 años y jóvenes de entre 15 y 30 años.
A la par también adquirió conocimientos de parte de sus alumnos como la técnica del reloj, que consiste en ubicar las cosas en función de las manecillas. Así pudo ubicar los colores en el godete, “por ejemplo, les ponía el rojo a las doce y el esmeralda a las cinco, así ubicaban los colores y ponían el pincel justo donde ellos querían”.
De León cuenta que también diseñó un bastidor con divisiones para que ubicaran los límites del espacio que tenían para pintar y utilizó papeles con diferentes texturas. Además añadió compartimentos para poner pinceles y agua.
Con la beca del Sistema Nacional de Creadores la pintora pudo implementar el método que desarrolló después de su intervención médica en los talleres de la Escuela Nacional para Ciegos además de producir nuevas piezas. Durante este proceso la pintora decidió introducir “construcciones más orgánicas de acumulación y colores más luminosos. Antes hacía muchísimas degradaciones tonales; ahora hago más contrastes complementarios exactos porque esa construcción se me facilita más por mi vista. También metí más colores fosforescentes; es algo que queda exacto a lo que quiero transmitir como lenguaje pictórico”.
Las piezas forman parte de la exposición Aproximaciones a la realidad, que se exhibe en la Fundación Sebastian hasta el 14 de agosto. También se pueden ver algunas pinturas inspiradas en los trabajos que se generaron en los talleres de la Escuela Nacional para Ciegos y piezas que realizó después de su recuperación mientras ponía a prueba su método a partir de su propia experiencia.
La muestra, explica la pintora, “habla de la interpreación que cada uno tiene del ser y de la construcción que haces a partir de ese ser que crees que es fijo o verdadero”.
PCL