¿Alguna vez te han dicho que eres risible por querer a tu mascota como un hijo o que no debes humanizar a tu perrihijo? Casi 600 gatos y perros fueron enterrados en tumbas individuales. Muchos usaban collares, otros adornos. Las mascotas fueron descubiertas hace diez años cerca del antiguo puerto romano de Berenice, pero su propósito era misterioso, ahora se sabe que podría ser el cementerio de mascotas más antiguo del mundo.
De acuerdo con la revista Science, el sitio fue encontrado hace 10 años, pero su propósito era misterioso, ahora se sabe con evidencia más sólida que hasta el momento estos casi 600 gatos y perros eran mascotas bastante preciadas, lo que haría este sitio el cementerio de mascotas más antiguo conocido, lo que sugiere que el concepto moderno de mascotas no era ajeno al mundo antiguo.
"Nunca me he encontrado con un cementerio como este. La idea de las mascotas como parte de la familia es difícil de entender en la antigüedad, pero creo que eran familia aquí", dijo Michael MacKinnon, un zooarqueólogo de la Universidad de Winnipeg que ha estudiado el papel de los animales en el Mediterráneo.
El cementerio fue descubierto por la arqueóloga Marta Osypinska y sus colegas de la Academia de Ciencias de Pelonia a las afueras de las murallas de la ciudad, debajo de un basurero romano, en 2011. El cementerio parece haber sido utilizado entre los siglos I y II d.C., cuando la ciudad era un puerto romano que comercializaba marfil, telas y otros artículos de lujo de India, Arabia y Europa.
En 2017, el equipo de Osypinska informó haber desenterrado los restos de unos 100 animales, en su mayoría gatos, que parecen haber sido cuidados como mascotas. Pero la naturaleza exacta del sitio no estaba clara. Salima Ikram, experta en animales del antiguo Egipto en la Universidad Americana de El Cairo, dijo en ese momento que los huesos podrían haber sido desechados como basura.
Osypinska y sus colegas ahora han excavado los restos de 585 animales del sitio y han analizado los huesos en detalle. Un veterinario ayudó al equipo a determinar la salud, la dieta y la causa de la muerte.
Los animales parecen haber sido depositados con cuidado en fosas bien preparadas. Muchos estaban cubiertos con textiles o piezas de cerámica, "que formaban una especie de sarcófago", dice Osypinska. Más del 90 por ciento eran gatos, muchos de los cuales llevaban collares de hierro o collares enhebrados con vidrio y conchas. Un felino fue colocado en el ala de un pájaro grande.
El equipo no encontró evidencia de momificación, sacrificio u otras prácticas rituales vistas en antiguos lugares de enterramiento de animales como el sitio de Ashkelon en Israel. En Berenice, la mayoría de los animales parecen haber muerto por lesiones o enfermedades.
Algunos gatos tienen patas fracturadas u otras roturas que pueden haber sido causadas por caídas o por haber sido pateadas por un caballo. Otros murieron jóvenes, posiblemente a causa de enfermedades infecciosas que se propagaron rápidamente en la atestada ciudad.
Los perros, que representan solo alrededor del 5 por ciento de los entierros (el resto son monos), tendían a ser mayores cuando murieron. Muchos habían perdido la mayor parte de sus dientes o padecían enfermedad periodontal y degeneración articular.
"Tenemos animales que tienen una movilidad muy limitada", dice Osypinska. Sin embargo, muchos vivieron una larga vida y sus heridas sanaron. "Estos animales tenían que ser alimentados para sobrevivir", dice, "a veces con alimentos especiales en el caso de los animales casi desdentados".
bgpa