El flamenco es vanguardista, evoluciona y empodera a las mujeres: Patricia Guerrero

La bailaora granadina se presenta junto con el Ballet Nacional de España en la segunda parte del programa con De lo flamenco. Homenaje a Mario Maya, leyenda del género fallecido en 2008.

Se incorporó en Guadalajara a la gira del Ballet Nacional de España. (Foto: Marcos Medina)
Ciudad de México /

La bailaora granadina Patricia Guerrero ha pasado toda su vida en el flamenco, un arte que, a pesar del origen tradicional, para ella es muy vanguardista, siempre está en evolución y empodera a las mujeres.

“El flamenco ha sido desde el primer momento mestizaje; y, por eso, tiene ese carácter vanguardista, porque está en continua evolución. Se adapta a todos los tiempos, a las modas, eso hace que tenga un carácter evolutivo. El flamenco ha llegado a todos los rincones del mundo, es una música internacional, declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco; es una de las grandes músicas de España y hay grandísimos artistas que lo llevan de bandera. Y el Ballet Nacional de España, evidentemente, es uno de sus grandes exponentes”, dice en entrevista la bailaora que vuelve a México invitada por esa compañía.

Guerrero (Granada, 1990) se incorporó en Guadalajara a la gira del Ballet Nacional de España por 7 ciudades mexicanas, que concluirá con 4 funciones en el Palacio de Bellas Artes, del 28 al 31 de julio.

Cierra el espectáculo en la segunda parte del programa con De lo flamenco. Homenaje a Mario Maya, leyenda del género fallecido en 2008, quien fue su mentor desde los 15 años y con quien recorrió teatros y festivales en España con el Centro de Estudios Flamencos, fundado por el célebre coreógrafo.

“La verdad es que en la vida nunca vas a saber cuando te vas a reencontrar con tus maestros, para mí ha sido una sorpresa muy grata volver a hacer este programa que hice ya en España con Mario Maya. Fue muy interesante volver a invocarlo, volver a invocar su forma, su estilo. Día con día siempre lo tengo presente, incluso en mi obra actual Mario Maya está presente. Y traerlo a México tiene un simbolismo y un significado muy importante para mí, incluso estuvo su hijo en el Conjunto Santander de Artes Escénicas”, comentó la coreógrafa después de sendas funciones en Guadalajara, Monterrey y Puebla.

El programa de la gira Invocación del Ballet Nacional de España se divide en Invocación Bolera, Jauleña y Eterna Iberia, en su primera parte; la segunda, en la que bailará Guerrero una seguiriya, es el homenaje a Maya con De lo flamenco, estrenada en 1994 con piezas del maestro y retomada ahora por el director de la compañía Rubén Olmo con nuevas coreografías de Rafaela Carrasco e Isabel Bayón.

“Mi número antes lo hacía la compañía con Isabel Bayón y luego con Belén Maya, hija de Mario, una bailaora que me ha marcado mucho. Es un momento en el que invoco muchas partes de mi historia y de mi profesión, es mágico volver a hacerlo”, expresa Guerrero sobre su seguiriya (palo flamenco triste).

—El flamenco es ancestral. ¿Cómo lo mantiene usted a la vanguardia, cómo lo renueva?

Me gusta mucho esta pregunta. Es cierto, vengo de una ciudad, de un barrio muy flamenco; mi educación artística siempre ha sido flamenca. Pero siempre he sido muy curiosa, me gusta mucho la danza en general. Y, aunque me haya formado en free lance, he tomado clases de otros tipos de danza. La vanguardia viene de la mano de la intuición. Siempre he hecho caso a mi intuición, y si tú la sigues, siempre te va a venir llena de contemporaneidad, al menos hasta ahora mi intuición me ha acompañado. El flamenco es una danza muy actual, de hoy, está en continua evolución. Es muy importante que nunca se le corten las alas. Siempre debe existir la tradición, pero puede convivir con la vanguardia.

—Hablando de vanguardia, hace 10 años hizo Touché. ¿Qué le llevó a mezclar a Johann Sebastian Bach y al flamenco?

Fue una experiencia maravillosa. Soy muy aficionada a la música clásica. En uno de mis primeros espectáculos hacía un repertorio de Ángel Barrios, un guitarrista clásico de Granada. Y después he tenido muchos encuentros clásicos. Con un ensemble barroco hacíamos un recorrido por la música y la danza barroca, yo me involucraba en la danza barroca y la llevaba al flamenco. Hace poco (febrero 2022, Madrid) hice Paraíso perdido, con el violagambista Fahmi Alqhai, recorriendo las danzas y la música barroca del siglo XVII; y hacíamos la Chacona (de la Partita para violín número 2 en re menor) de Bach completa, una de las grandes obras de todos los tiempos; él tocaba y yo bailaba, interpretaba la “Avaricia” de los siete pecados capitales. Curiosamente el flamenco le da esa contemporaneidad a la música, no sé por qué, no sé qué tiene, qué característica tan compleja y tan especial tiene que es capaz de llevarla a un lugar en que suma, nunca le resta. Y yo siempre voy a buscar y forzar ese mestizaje del flamenco con otra música, porque realmente el flamenco le pega a Bach y a muchísimas cosas.

—Usted lleva el flamenco a otras artes. A la pintura, con Matisse, en Desde el Albayzín; o al cine, con su colaboración con Carlos Saura en su filme Flamenco, flamenco (2010) y luego en su espectáculo Flamenco hoy. ¿Por qué le resulta importante llevar su baile a otras disciplinas?

Es súper importante. Yo, como flamenca, siempre seré la misma; pero, como creadora, tengo otras inquietudes. Las artes, todo tipo de artes, van a llenar al artista de motivaciones, de otras imágenes y fórmulas. Es importantísimo para cualquier artista y arte nutrirse de otras disciplinas y llevarlas a tu terreno al fin y al cabo. Siempre digo que los genios roban un poco, unos de otros, y es cierto, hay que llenarse de esto para poder transformar y sumar. En el caso de de Matisse fue un encuentro muy bonito con el pintor gracias a unas firmas que había en el libro de visitas de la Alhambra, en Granada. Se comprobó que Matisse había estado ahí una temporada y había hecho varios de sus cuadros inspirados ahí. Me pareció algo muy bonito poder representar ese color, ese aire que él vivió, siendo yo granadina.

Y con Saura, pues lo mismo: cómo él ve la danza, el flamenco, esa mirada a través de la cámara, fue maravillosa esa experiencia, supe apreciarla. Fue un regalo estar ahí en esa película para siempre. Era muy jovencíta. Él fue un hombre súper cariñoso, con esa pasión; lo que me he llevado de los grandes artistas con quienes me he topado en el camino es esa pasión, el amor y el respeto con el que hacen su profesión. El maestro fue uno de ellos. Fue muy emocionante poder estar en ese plató grabando esa guajira, que, además, ese fue mi primer contacto con el cantaor Arcángel, con quien luego trabajé, y tambien con los coreógrafos Rafael Estevez y Valeriano Paños. Ellos me dieron esa oportunidad, yo era una jovencita y quisieron que estuviera ahí con ellos, también el fotógrafo de Saura (Vittorio Storaro). Cuando tú te rodeas de esa calidad de gente, con los años te das cuenta que todo eso ha ido conformando tu personalidad como artista, por eso es importante encontrarte y rodearte de ella.

—Se asume como feminista. ¿Cómo se lleva el feminismo al flamenco?

Yo soy feminista porque soy mujer, y el feminismo está en el flamenco igual porque está lleno de mujeres que luchan día a día, que son grandes artistas, grandes profesionales, que llevan todo para adelante no solo en su vida profesional, sino en su vida personal; hoy en día es muy difícil, porque llevar todo para adelante nos cuesta a todas. Y el feminismo está presente especialmente por eso. Es una época en la que la mujer está muy presente en el flamenco, ha tenido mucha voz, y para mí fue bueno. Mi espectáculo ha estado lleno de mujeres o han sido protagonistas mujeres con una fuerza muy particular, que han luchado por ser felices y estar bien, sobre todo por ser escuchadas, y ha sido de forma natural, no es que hayan pensado en hacer, sino que ha fluido y ha venido de forma orgánica. Catedral como Distopías y Deliranza, la última obra que he estrenado, hablan de este tipo de mujeres.

—Hay un personaje mítico ligado al flamenco, la Carmen de la novela de Prosper Mérimée y de la ópera de George Bizet, que muestran una mujer poderosa pero trágica. ¿Es así con las bailaoras?

Poderosas, por supuesto, trágicas, no tienen por qué serlo, porque depende mucho del tipo de interpretación y de lo que estén interpretando. El flamenco tiene muchos tipos de palo. Es cierto que eso es el flamenco tradicional, pero ya si quieres llevarlo dentro de una obra, con texto, personajes, dramaturgia, el flamenco está al servicio de la obra. Es cierto que el baile de la mujer en el flamenco es un baile de mujer empoderada, de una mujer fuerte, que manda sobre su vida y sobre ella misma.

***

Guerrero comparte que ha venido muchas veces a México, a ciudades como Monterrey o Querétaro, como parte del Ballet Flamenco de Andalucía y también en espectáculos de su compañía, que hasta ahora incluye en su repertorio Desde el Albayzín, Latidos del Agua, Touché, Catedral, Distopía y Deliranza, la más reciente creación que le encantaría traer al país. “Sería un sueño. Gustaría mucho”.

Deliranza se fue gestando durante la pandemia, que de alguna manera influyó en la coreógrafa.

“Viene de un proceso demasiado largo, de un momento bastante tranquilo, maduro, cocido a fuego lento. Cogí como herramienta el libro de Lewis Carroll Alicia en el país de las maravillas, porque me pareció interesante el planteamiento. Yo, como bailaora, por las horas de ensayo y estudio, agotada, caigo en un sueño en el que se presenta sobre mí un mundo surrealista, un mundo sobre el flamenco, ocurre de todo, y todo tiene relación con el proceso creativo. Son siete bailarines, cinco músicos, ha sido un reto profesional, contar la propia historia como el proceso de creación casi nos vuelve locos, porque soñamos con el ritmo, con las imágenes y es una continua locura, por eso me pareció súper inspirador y acertado coger el libro de Carroll, Alicia... no es un libro infantil, es muy matemático”.

—Por lo que veo usted prefiere las distopías a las utopías.

Sí, la verdad que sí, me meto en lugares un poco escabrosos. Siempre hay que buscarle la punta a las cosas, para que le llegue realmente al público, para que haya un compromiso real con el público. Esa Distopía que lleve escena era difícil de entender, un tema delicado, pero lo conseguimos; la clave es hacer de algo escabroso, desagradable, muy duro, algo muy bello, muy especial, que llegue al público transformándolo en arte.

—Usted no baila, lo que hace es otra cosa, es de otro mundo. ¿Cómo definiría su arte?

Ja, ja, ja. Yo creía que era baile. No sé, lo que intento es estar en el momento. Es muy interesante ese concepto de baile, que lleva la técnica, toda la técnica, porque para llegar uno a improvisar, en una escena grande, en cualquier escena, tiene que tener un control de la técnica brutal. La técnica me ha dado la posibilidad de llegar al lugar que quiero en el momento en el que quiero. Algo que me gusta mucho, que lo que ha pasado en Guadalajara es diferente a lo de Monterrey y a lo de Puebla, y será único lo que pase en Ciudad de México, en el Palacio de Bellas Artes. Puedo definirte un poco así la particularidad de mi baile, aunque hay una estructura fija, depende del momento en el que me encuentre, del tipo de interpretación que haga, incluso de los movimientos que me salgan. Eso llega a un punto que es muy del momento, muy particular, creo que debería ser así siempre. Es difícil definirlo.

—¿Hay alguna parte secreta de su cuerpo con la que baile también?

Con el corazón, es lo más importante. Nuestra cabeza es la que manda sobre la técnica. En técnica, los bailarines del Ballet Nacional de España son únicos en todo tipo de danza, para mí es una joya y una suerte estar al lado de ellos. Bailamos con el corazón y con el momento. El flamenco tiene algo muy particular: que estás en directo con los músicos, hay una música en directo que sucede en directo con el baile a la vez. Yo por lo menos no he visto otras danzas con este tipo de complejidad rítmica y musical. Eso es algo que engancha al público y que le llega de una forma que le impacta para siempre.

PCL

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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